Estados Unidos de América. Hace unas semanas ingresó al servicio activo de la armada estadounidense (US Navy) el portaaviones “USS Gerald R. Ford”. Se trata del barco de guerra más caro del mundo, pues costó 13 mil millones de dólares, sin contar los aviones de combate embarcados, que pueden ser hasta 75, más algunas otras aeronaves (helicópteros, aviones de reconocimiento, etc.). Su dotación aérea estará conformada por el Lockheed Martin F-35 C Lightning II, la versión naval del avión de combate polivalente de quinta generación, cuyo costo por unidad puede llegar hasta los 300 millones de dólares. Hagamos cuentas: 75 aviones a un costo de 300 millones de dólares cada uno: 22 500 millones de dólares.
El “Ford” es además el portaaviones más moderno del mundo desde el punto de vista de la tecnología con la que está provisto. Es la primera vez en 40 años que los Estados Unidos construyen un navío de estas características. La última vez fue cuando se construyó la clase “Nimitz”. El “Ford” es una prueba contundente de que ningún país está actualmente en condiciones de emular la capacidad técnica y militar que este buque representa. El USS Gerald R. Ford substituye al “Enterprise”, que este fue dado de baja antes de que el “Ford” estuviera listo. Este último pesa más de 100 000 toneladas, mide más de 300 metros de eslora y 40 de manga, con una tripulación de 2 600 personas, es decir, unos 600 menos que los otros portaviones similares de Estados Unidos. Esto supondrá un ahorro de unos 4 000 millones de dólares en los 50 años que se espera esté en servicio esta embarcación. Los dos reactores nucleares del “Gerald R. Ford” le permiten alcanzar velocidades de más de 30 nudos y le permitirán navegar durante 20 años antes de requerir reabastecerse de su combustible atómico. Además, estos reactores permiten generar más energía que en navío s anteriores. Otra característica importante es que el buque completo tiene una firma térmica menor que otros portaaviones, lo que permite que sea más difícil de ser detectado por sensores enemigos.
Este portaaviones es el primero en emplear un nuevo tipo de catapultas para lanzar sus aviones: en lugar de las tradicionales de vapor, utiliza unas de tipo electromagnético, que además permiten a la vez ahorrar y generar energía. Este nuevo sistema permitirá un mejoramiento del 33% en el lanzamiento de las aeronaves. Por cierto, en una entrevista que concedió a la revista “Time” hace unos meses, el presidente Trump criticó este nuevo sistema por ser caro e inútil; dijo que la Armada debería regresar al empleo de las antiguas catapultas de vapor, que, según él, son más eficientes. Ya todos sabemos que Trump acostumbra hablar con toda autoridad y convicción de cosas que desconoce por completo.
Otra característica única en este nuevo buque es que tiene la isla un poco más hacia popa que lo que hasta ahora podemos ver en buques de su tipo. Esto permite repostar, rearmar y relanzar los aviones con más eficiencia y rapidez. Además, la tripulación en el puente tiene una mejor visibilidad de lo que ocurre en la enorme cubierta del barco. Como el barco tiene un desplazamiento tan grande (10 000 toneladas), requiere de anclas de considerable peso: cada una de las dos pesa alrededor de 13 toneladas.
El pasado 22 de Julio, el presidente Trump asistió a la ceremonia de entrega del portaaviones a la armada estadounidense. Se podía ver una enorme lona que decía “Hecho en Estados Unidos”. Por supuesto, como era de esperarse, Trump pronunció un discurso marcado por un lenguaje marcial: El “Gerald R. Ford”, dijo, se encargará de que los enemigos de los Estados Unidos tiemblen de miedo siempre que descubran la silueta del buque en el horizonte. Trump alabó profusamente a las fuerzas armadas de su país, afirmando que ninguna otra en el mundo las supera, “y con cada día de nuestro gobierno seremos más fuertes y mejores”.
El “Gerald R. Ford” no es un proyecto aislado: pronto seguirán más portaaviones de nueva generación. El “Ford” es el que da nombre a su clase (es decir, portaaviones clase “Ford”) y se espera que esta esté conformada en principio por dos buques más: el “John F. Kennedy”, que se espera sea botado en el año 2020, y el nuevo “Enterprise”, que comenzará a ser construido en el 2018. El costo total de los tres navíos: 42 mil millones de dólares.
Dr. Herminio S. de la Barquera y A.
Dirección de Posgrados en Ciencias Sociales
Grupo de Investigación en Ciencias Sociales (INCISO-UPAEP)