Desarrollo humano y social
No olvides lo importante
16 agosto Por: Constanza Mercedes Sanchéz Guerra
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Así como se magnifica lo que vemos a través de una gota de agua, así se engrandece nuestra vida si la miramos a través de Dios.


Vivir las etapas de la vida con la consciencia primero que la vida se conforma de etapas y que estas tienen un inicio y un final. Identifica en cuál etapa te encuentras, cuáles son sus características físicas, familiares, emocionales y todo lo que implique esta etapa.

De esta manera es más fácil asumir lo que corresponde a cada etapa, sin culpar a otras circunstancias como mala suerte, abandono, depresión o cualquier otra causa, solo como parte de... y aceptarlo como un evento pasajero, distinguiendo aquello que si podemos cambiar o elegir.


Reconociendo esto, se identifica todo aquello que realmente es externo y donde tenemos o no injerencia para analizar situaciones y tomar mejores decisiones.


Vivir la infancia plenamente amados, atendidos y cuidados, es un derecho natural y sería lo ideal, aunque es algo que no dependió de ti, pero ahora cuando eres mayor la tarea es perdonar aquellos eventos que te dañaron y de los cuales no tienes ninguna culpa. Tal vez tengas que perdonar personas que te maltrataron o hechos de los que fuiste víctima; pero es necesario hacerlo para poder continuar avanzando a otras etapas de manera plena.

 
Por consecuencia tu obligación como adulto para con los pequeños es proporcionarles la mejor infancia posible, apoyar a su buen desarrollo emocional y físico, atenderlos con amor y paciencia además de tratar de ser el mejor modelo posible. Ya sea que estén bajo tu cuidado o no.


Los niños imitan todo lo que ven, así que, aunque sean niños extraños, (me refiero a niños que no son tus hijos) son parte de nuestra sociedad y nuestro ejemplo es fundamental para una mejor sociedad. 


Nunca sabremos hasta donde y en que momento saldrán a la luz, las acciones de estos niños y niñas que nos están mirando y que mañana replicarán lo que les enseñamos hoy.


Como familia también vivimos diferentes etapas y hay que disfrutar de cada una con ilusión y mucho amor, como hijos pequeños, como adolescentes (aunque en ese momento no lo disfrutemos por los cambios de la edad, los padres con paciencia, tolerancia y mucho amor pueden hacer menos complicada esta etapa).

La adolescencia tiene el enorme reto de identificar quien eres, que te gusta, como quieres comportarte, que sustancias pruebas, que vicios adquieres, a quien quieres impresionar, a dónde quieres pertenecer, a quien amar y lo más difícil la búsqueda de quien te ama por lo que eres (cosa que todavía ni tu sabes) pero que necesitas urgentemente saber además de llenar ese sentimiento de pertenencia y aceptación. 


Todo esto sería más fácil si supieras que aunque te equivoques muchas veces siempre hay alguien incondicional que te acepta como eres y que aunque te equivoques te ama igual y ese ser, son tus padres, y sobre todo nuestro Padre quien amorosamente siempre te está esperando para consolarte, perdonarte y hacerte sentir el amor más puro, verdadero e incondicional. Ojalá nunca olvidaras esto en todas las etapas de tu vida.


Cuando pasamos a ser padres de familia es entonces cuando dejamos de ver los toros desde la barrera. Ahora vivimos lo que es amar, cuidar y criar un hijo, ahora sentimos la felicidad de un amor desinteresado, y el dolor de corregir al hijo, aunque el “regaño” tenga toda la intención de que el hijo mejore su conducta por su propio bien, es ahora cuando comprendemos a nuestros padres.


La idea es mejorar y valorar a nuestra familia dándole el lugar que le corresponde.
Ponerla antes que todo y sin embargo, aunque trabajamos por la familia, la ponemos en último lugar, después del trabajo y otras cosas.


También puede ser que no hagas vida en familia; ya sea porque lo elegiste o no; puedes tener una vida adulta en soltería. Hay muchas formas de disfrutar esta etapa, primero con la conquista de ti mismo para no ser esclavo de los vicios o miedos y ser el que decida a que dedica el tiempo, la energía y el enfoque para sentirte en plenitud y trascendente. 


En el campo profesional también atravesamos por varias etapas y la última es pasar a ser jubilado y muchas veces esta se acompaña con la etapa familiar de ser abuelos, que para muchos puede resultar deprimente porque son evidencias palpables del envejecimiento, pero si se logra mantener la ilusión de ser para los nietos un bálsamo de amor, llenará la vida de esperanza y de gotitas de juventud. 


Además de reconocer que etapa de vida estamos viviendo es importante la actitud.
Siempre habrá problemas que solucionar, pero la actitud que tomemos ante ellos también impacta en la creatividad y el tiempo en que lo resolvemos. 


Nunca subestimes la importancia de estar alegre, es una elección.
El mismo San Pablo exhorta a los católicos a estar alegres por todas las bondades recibidas "estén siempre alegres en el Señor” (Flp 4,4).


El permanecer tristes y lamentándose es solo perder el tiempo.
No pierdas el tiempo y ponte alegremente en acción. 


Cuando te enfrentes con un gran muro, piensa que está ahí no para frenarte sino para mostrarte cuanto quieres lograr.


Y si a pesar de todo el esfuerzo se falla... experiencia es lo que obtienes, cuando no obtienes lo que quieres.


Ver a los demás con misericordia implica más comprensión y tolerancia y por lo mismo tienes menos que perdonar, es tratar de hacer sintonía aún con los que no estas de acuerdo para evitar grupos opuestos de confrontación. Eso no significa estar de acuerdo; significa respeto y al haber respeto puede haber tolerancia y diálogo.

Como parte de la buena actitud está el pagar las deudas, si ofendemos ofrecer una disculpa sincera, reconocer que fallamos y después preguntar cómo podemos reparar o compensar.


Si por el contrario la ofensa es en contra tuya, no pierdas la dimensión de la ofensa, no sea que se magnifique por tu estado de ánimo o tus circunstancias. Hay errores que se limpian “con agua y jabón” y no vale la pena pelear por ello. 


Si la ofensa es verbal recuerda que solo expulsamos aquello que llevamos dentro, así que no lo tomes personal, reza por la paz de esa persona y tu perdona.
Cuando la herida es muy dolorosa y tal vez irreparable también deberás perdonar para poder avanzar, aunque resulte muy difícil hacerlo.


Perdonar no significa olvidar, pero si significa dejar de guardar odio en tu corazón y menos enfocarte o perder el tiempo en una revancha. 


Nadie es pura maldad, hay que tener paciencia. Cada persona debe hacer sus propios procesos para purificarse, perdonar y reconciliarse con el padre. En estas ocasiones no siempre el perdón se le comunica al agresor a veces basta con que en lo personal hagas el proceso de perdonar desde el corazón. 


Agradecer es la cualidad de las almas grandes y realmente felices, cada vez que agradeces te das cuenta de las bendiciones que tienes; empieza por agradecer tres cosas cada noche y verás que mientras más agradeces más tienes que agradecer, este acto va llenando tu alma de felicidad, y se hace un círculo virtuoso porque al sentirte feliz te permite tener una actitud positiva y al contar con ésta, tienes mejor disposición para trabajar, para relacionarte y para crear. 


Es necesario compartir lo que aprendemos no ser egoístas, al ser generosos con el conocimiento, permite que otros avancen y eso será en beneficio propio y de la sociedad. Con las ideas, descubrimientos y reflexiones mías y de los demás avanzamos todos.

Es importante reconocer los vicios que tenemos para adquirir virtudes, examinar si se estoy del lado del valor o del antivalor, es más frecuente que la balanza de nuestras decisiones se incline hacia el antivalor porque este es muy fácil de justificar, a veces es más divertido, no implica sacrificio, es egoísta y en algunos casos se disfraza de valor.


Reflexión, voluntad y perseverancia son indispensables para ser virtuosos, por eso cuando te mantienes ahí haces tu alma grande y generosa, llena del amor de Dios.


Lo que creas que te pierdes por renunciar al elegir el valor, ofrécelo en oración por una causa así fortalecerás tu decisión y le darás un sentido trascendente. 

Todo lo que hemos reflexionado en estas líneas y lo que decidas hacer no es por demostrar nada a nadie sino para ser feliz y mejor persona cada día.

¡Sigue tus sueños!!



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