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La transformación social en Colombia fue un desafío colectivo, no fue un salvador, un líder o un enviado divino, así lo dio a conocer Jorge Humberto Melguizo, responsable de educación y cultura en COMFAMA (Caja de Compensación Familiar de Antioquia), Colombia.
“No, fueron las circunstancias las que nos sacaron adelante, fue un desafío colectivo que opusimos ante un fracaso colectivo. Éramos un fracaso colectivo como ciudad y hemos construido un desafío colectivo con resultados que hoy están a la vista”, subrayó.
Lo anterior, al ofrecer una conferencia en línea con el tema Educación y Cultura como herramientas para la transformación social como parte de las actividades programadas con motivo del 25 aniversario del Museo UPAEP.
En su videoconferencia, Jorge Melguizo tocó cuatro puntos principales: la referencia mundial que tiene Medellín acerca de la transformación social, las definiciones de cultura a través de las prácticas, los proyectos educativos para la formación de las sociedades y el trabajo institucional que se practica en COMFAMA.
Como primer punto hizo énfasis en que hoy, la ciudad de Medellín, Colombia cuenta con una referencia positiva de transformación, lo cual se ha logrado gracias a la cultura y educación, herramientas que, de acuerdo a las palabras de Jorge, son clave sobre todo en momentos de crisis.
Para contextualizar el tema, recordó que en los años 90, Colombia vivió sus años más violentos a causa del narcotráfico, tiempo en que se registraban 382 muertes por cada 10 mil habitantes, muertes que no se comparan con ciudades mexicanas como Acapulco, Monterrey, los Mochis, o Tamaulipas, que en sus peores momentos registraron 80 muertes por 10 mil habitantes.
“En 20 años, Colombia tuvo 66 mil muertes violentas. Hoy nuestra tasa de muerte violenta es de 23 por cada 100 mil habitantes, hemos bajado un 94 o 95 por ciento”, destacó.
Esta transformación social en Colombia, advirtió, “fue un desafío colectivo, no fue un salvador, un líder o un enviado divino”.
Pese a todo, dijo, Medellín está lejos de ser una ciudad ejemplo a nivel mundial, pues aún se puede notar la pobreza, la falta de equidad, violencia tanto intrafamiliar como de género, no obstante, sí se puede decir que es una referencia debido a la constante construcción de un desafío colectivo con resultados notables a la fecha.
Parte de esto, continuó Melguizo, tiene que ver con asumir que los barrios no son violentos, sino violentados y que necesitan de contención y apoyo como primer paso, para posteriormente poder generar proyectos urbanos integrales en los que la responsabilidad recaiga no solo en el gobierno, sino en toda la sociedad a través de tres o cuatro objetivos claros que unifiquen los distintos ámbitos de los proyectos.
“En los barrios violentos por ejemplo, ¿Cuál debe ser el objetivo?, que la gente lea mucho, que la gente tenga una política de género. No. Lo que se busca es convivencia, oportunidades. ¿Cómo construimos convivencia y oportunidades? Ahí es donde nos preguntamos, ¿Qué hace la cultura para generar convivencia?, ¿Qué hace la Secretaría de Género para crear convivencia?, ¿Qué hace la Secretaría de Desarrollo Económico? Todo debe estar enfocado en sentido de los objetivos comunes de convivencia y oportunidad”, expresó.
Por otra parte, Jorge Humberto habló sobre las definiciones de la cultura y que esta se construye con acciones y no solo con palabras. Como ejemplo, mencionó que, para un rapero de la ciudad de Cali, la cultura ciudadana es amar a la ciudad con hechos.
De la misma manera, explicó que la situación que se vive actualmente con la contingencia del COVID-19, va a cambiar nuestra reflexión cultural sobre cuál es nuestro papel en la construcción de la nueva sociedad, así como nuestra posición ante las profesiones que se consideran intocables para el futuro de las naciones, pues hoy resulta más importante el trabajo de enfermeros, científicos y personal de limpieza que el de los políticos o ingenieros.
Sobre los proyectos para la transformación de la sociedad, Jorge Melguizo enfatizó que se debe comenzar a prestar atención a las zonas en las que los índices de pobreza, demografía y violencia sean más altos, para que sean prioridad para el acompañamiento cultural, el cual ha demostrado ser un elemento fundamental en los planes de desarrollo, así como el apoyo a los proyectos comunitarios y la generación de más equipamiento urbano público.
Para concluir su diálogo, Melguizo explicó que los proyectos de COMFAMA no se miden por el impacto cultural que tengan, sino por el impacto social, la convivencia, las oportunidades generadas, la participación en proyectos territoriales de mayor alcance y las políticas públicas que impulsen a todos los ámbitos. Asimismo, compartió que en Medellín actualmente se trabaja en políticas de seguridad alimentaria, mesas de superación de los ambientales y el cambio climático.
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Cultura
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