[Celebración que nos mantiene ligados a nuestros seres queridos, por medio del recuerdo los mantenemos vivos.]
Como parte de los festejos del día de Muertos, así como con la intención de analizar y profundizar sobre nuestras tradiciones mexicanas, la UPAEP a través de su Museo, realizó la conferencia ‘Fiesta de vivos y muertos’ con la participación del arqueólogo Eduardo Merlo Juárez.
“Estamos en una temporada bonita y afortunada; de las mejores que tenemos los mexicanos en el año, es la fiesta tradicional más importante no religiosa. Los mexicanos la tenemos arraigada, la hemos sentido desde pequeños porque nos la mostraron nuestro padres, y a ellos los suyos, sus abuelos y bisabuelos. Es una fiesta interesante, pero es eso ¡FIESTA!”.
Asimismo, mencionó que los mexicanos somos mitoteros por gusto; en el mundo prehispánico los ‘mitotes’ eran muy frecuentes debido a que las fiestas más importantes duraban 5 días. “Una fiesta de menos de 5 días no valía la pena, tenía que ser de 5 días con sus noches, la gente que iba a una fiesta desayunaba, comía y cenaba con cargo a la fiesta; eso lo heredamos y todavía lo tenemos”.
De la misma forma, recordó que el horror a la muerte no se conocía en el mundo antiguo mexicano hasta la época de los españoles. “Aquí la muerte era lo más natural; si nacimos, moriremos, es inevitable. Es absurdo y tonto preocuparse en la vida por la muerte, para que nos preocupamos si va a llegar, es decir, la preocupación no la evita, a lo mejor hasta la acelera”.
De acuerdo con el Dr. Eduardo Merlo, la concepción de la muerte en el mundo prehispánico, era entendida como el descanso eterno de todas las personas que fallecían o en algunos casos en el goce de pertenecer al Mictlan, lugar donde habitan los espíritus.
Agregó, que de acuerdo al calendario de las antiguas culturas prehispánicas, uno de los meses del año estaba dedicado para conmemorar y celebrar el mundo de los muertos y este día era conocido como Hueymiccailhuitl (la gran celebración de los muertos) dichas celebraciones siguen presentes en nuestros días.
Asimismo, recalcó que la tradicional ofrenda de muertos, proviene del mundo antiguo y que se ha visto modificada conforme el pasar de los años. Explicó que el poner una ofrenda era un acto de “merecer” a nuestros difuntos, una celebración para que todos los espíritus pudieran gozar de los alimentos más exquisitos, los cuales eran preparados por los diferentes miembros de la familia.
“Hay que recibirlos a todos con un banquete; somos generosos abrimos la casa y abrimos la mesa; en donde debe estar la comida de lujo”.
Finalmente, el Dr. Eduardo Merlo exhortó a todos los presentes a que se siga celebrando el día de muertos, “es una de las festividades más hermosas que posee la cultura mexicana, pues es esta celebración la que nos mantiene ligados a nuestros seres queridos y por medio del recuerdo los mantenemos vivos”.