Cultura
Surrealismo y literatura mexicana
11 septiembre Por: Yolanda Jaimes
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[México un país surrealista por naturaleza.]

Con la participación de la Mtra. Rocío Itzel Fierro Trujillo, Historiadora del Arte; Alejandro Badillo, escritor y coordinador del Taller de Cuento de Bellas Artes UPAEP; y Noé Blancas, Profesor Investigador de esta Institución, iniciaron los tradicionales Diálogos del Arte para dar vida a la charla titulada “Surrealismo y literatura mexicana del Siglo XX”.

A este respecto, Alejandro Badillo, destacó que la corriente surrealista en México fue más notoria en la plástica que en la literatura, pues si bien existen autores como Octavio Paz que imprimían esos matices en sus obras, nunca fueron etiquetados como surrealistas. “México venía de la novela, de la producción mexicana del realismo”, comentó.

Por su parte, Noé Blancas, añadió a la plática la definición que André Bretón dio al surrealismo. “El surrealismo se basa en la creencia, en la realidad superior de ciertas formas de asociación descuidadas en la omnipotencia del sueño, en la actividad desinteresada del pensamiento”.

Con esta conceptualización, precisó, “México es todo surrealista y en Latinoamérica tenemos estilos despejados que nos permiten ver la naturaleza de manera distinta. Tenemos una situación de sabores, de frutas, comida, que no tiene Europa. Esto nos hace percibir una realidad distinta […] y este recorrido puede comenzarse desde la época colonial”, añadió.

Sin embargo, la Mtra. Rocío Fierro, precisó que si bien en la literatura no existía un grupo marcado, en la plástica el surrealismo llegó a México a través de pintores y escultores que afiliados al movimiento surrealista en Europa, son exiliados por sucesos históricos como la guerra civil española y la invasión nazi.

“Muchos de ellos tienen que salir y se emigran a Nueva York, y algunos ven a Latinoamérica como ese espacio de posibilidad, esa manera de percibir las cosas de una manera distinta con enormes posibilidades para recuperar material para su creación artística, lo mismo la plástica que las letras”, explicó la Historiadora.

Este movimiento, agregó, ayudó a la consolidación de la famosísima escuela de Nueva York dando un brinco a México y después se extendió a América Latina.

A este respecto observó Alejandro Badillo, la I y II Guerra Mundial fueron guerras de tipo industrial donde ya se ven aviones, armas de destrucción masiva y en conjunto con este movimiento surrealista, surgen experimentos como el de Dany Hamps, un autor que murió de hambre en la Rusia Soviética debido a que su estética no era cercana al régimen.

Así mismo, explicó que en México, se tienen derivaciones como la obra de Miguel Ángel de Asturias, un escritor mestizo quien estudia la cultura maya en Francia.

“Allí  conoce a André Bretón, y con los estudios que éste tenía, se da cuenta de ese mundo mágico y mitológico que contaba la gente de Guatemala y a partir de eso, escribe leyendas de este país del sur, es decir, Asturias vincula la mitología maya a través del surrealismo y cuenta profecías del origen del mundo, de los volcanes, de los huracanes, pero le da un orden, porque él lo lleva al mundo mitológico maya”, explicó Alejandro Badillo, Premio Nacional de Narrativa Mariano Azuela.

Finalmente, Noé Blancas señaló que aunque en México el surrealismo no se vive como en Latinoamérica, las estructuras mentales, la manera de concebir el arte, la manera de representar esa realidad atraviesa toda nuestra cultura e historia.

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