En la década de los 70, llegó a México la primera licenciatura en Nutrición, un campo que desde el ámbito de la salud pública fue vista como un recursos para combatir la desnutrición y cuyo problema era atendido por personal de enfermería y técnicos dietistas.
El inicio de la Nutrición como área de estudio en el país tuvo sus bases en la Enfermería y los centros de trabajo, en su mayoría, eran los hospitales comunitarios pues el objetivo era atender el tema de la desnutrición infantil, así lo dio a conocer la Mtra. María Lourdes Silva Fernández, Directora de la Facultad de Nutrición UPAEP.
A partir de este hecho, dijo, se extiende un abanico de posibilidades y 50 años después de que se abrió la primera Escuela de Nutrición, esta área de la salud cuenta ya con 400 instituciones que ofrecen esta licenciatura. Aunque solo 40, entre ellas la UPAEP, están acreditadas por la Asociación Mexicana de Miembros de Facultades y Escuelas de Nutrición (AMMFEN), lo que certifica la calidad académica de sus programas.
Asimismo, expresó, la Nutrición es ya una disciplina indispensable dentro de la sociedad, no solo por la necesidad que existe al interior de las clínicas u hospitales para apoyar el tratamiento de enfermedades crónicas sino porque se han desarrollado nuevas áreas de impacto como la nutrición en el deporte, la industria de los alimentos o el desarrollo de políticas públicas en la materia.
“Cada vez exploramos más campos y cada vez tenemos un abanico más grande donde podemos trabajar e incidir positivamente en la salud de la población”, enfatizó.
Por otro lado, aclaró, dado que los nutriólogos son una derivación tanto del área química, como de la medicina y la enfermería, éstos no son únicamente personas que saben hacer dietas, como muchos piensan. Un nutriólogo debe conocer perfectamente el funcionamiento del organismo para dar un buen tratamiento, desde anatomía, fisiología, química, fisiopatología, biología molecular, genética, entre otras.
“Un nutriólogo con ética profesional no busca que la gente esté flaca, o que esté muy musculoso, sino una población saludable que pueda moverse, que tenga un peso adecuado. No flacos, no modelos, sino que puedan tener una vida larga pero funcional”, acotó.
Agregó que el hecho de que estemos confinados en estos momentos, tiene su raíz en los estilos de vida, ya que una persona sana, es decir, que está bien alimentada, responde de mejor forma a una infección, en este caso el Coronavirus.
Otra falsa idea que se atribuye respecto a la nutrición, señaló, es que se cree que una dieta sana es aquella que te reduce el consumo de alimentos o elimina todo lo que contenga grasa, sin embargo, es una idea muy equivocada, ya que por el contrario, los lípidos, azúcares, frutas y verduras, en su conjunto, aportan determinado beneficio al cuerpo.
“Han surgido muchas modas, como la dieta keto, o en su momento la de la luna, o el boom por el consumo de productos orgánicos que solo encarecen el producto, pero esos no son propiamente los estilos de vida que buscamos como nutriólogos”, aclaró la Mtra. Silva Fernández.
En este sentido, lamentó que en México la sociedad carezca de formación académica y educación alimentaria, hecho que se evidencia con las famosas etiquetas que ahora contienen todos los productos para indicar que son altas en grasas, sodios, azúcares o lípidos.
“A la gente en realidad no les interesan esas cosa, lo que busca es que un alimento sepa rico y se acabó. Somos una sociedad con poca formación académica, y aparte muy pobre educación alimentaria porque tenemos 30 años con una orientación alimentaria cuyo mensaje es: come frutas y verduras, toma mucho agua y haz ejercicio. La gente no lo toma en serio”, finalizó.