Con determinación y esfuerzo, Raúl Chama Coria, originario del municipio de Coscomatepc en el Estado de Veracruz, consiguió entre más de 100 aplicantes la beca del programa Una Apuesta de Futuro para estudiar Ingeniería en Mecatrónica en la UPAEP.
Por: Jacqueline Huerta Romero
Desde la secundaria hasta el último semestre de preparatoria, Raúl recuerda que siempre le hablaron de programas de becas para los alumnos de su escuela, así que él ya estaba familiarizado con los procesos desde aquel tiempo
Para Raúl siempre había sido una oportunidad muy grande el poder estudiar y más aún el poder solventar su educación a través de apoyos financieros como las becas. Por ello, desde antes de concluir sus estudios investigó y se informó para contemplar las opciones que tendría para ingresar a una universidad.
Así fue que conoció el programa Una Apuesta de Futuro. A través de jóvenes becados de generaciones más adelantadas, se enteró que la UPAEP brindaba apoyos a líderes comunitarios. “Ellos comenzaron a platicarme un poco en qué consistía el programa y cómo habían conseguido entrar. Yo apenas estaba en secundaria y no fue hasta la prepa que tomé la decisión de poner toda mi dedicación para ser candidato y aplicar a la beca”, confesó.
Raúl estaba consciente que uno de los requisitos primordiales era comprobar el trabajo que había desarrollado a favor de su comunidad, pero esto nunca fue un inconveniente para él, ya que desde muy pequeño había enfocado sus esfuerzos a ello. Incluso como carrera técnica durante la preparatoria, eligió el área en Desarrollo comunitario.
Participó en varios programas y misiones que organizaba su escuela para hacer colectas internacionales destinadas a algún lugar que lo necesitara, formó parte de las misiones en Semana Santa, entre otras cosas. Pero, uno de los proyectos que impulsó y que impactó en la economía de los pobladores de Coscomatepec fue el de la comercialización de la flor de Alcatráz.
“El proyecto lo trabajé a lado de otros cinco compañeros; íbamos a una comunidad cercana donde observamos los problemas que tenían los productores de flor de Alcatráz, detectamos que tenían una gran área de oportunidad al comercializar su producto”, refirió Raúl Chama.
Y es que la ganancia de los los productores al comercializar la flor era mínima, así que decidieron ayudarlos a vender el producto fuera de su comunidad, a expandir su horizonte y conseguir mejor pago por su producto, proyectos que le dieron el impulso necesario para posicionarse con un verdadero agente de cambio y luchar por una beca del programa Una Apuesta de Futuro para estudiar Ingeniería en Mecatrónica.
“Cuando era más chico, mi papá trabajaba en una constructora, entonces durante mucho tiempo estuve muy cercano a la construcción pero no me llamaba la atención la Ing. Civil, lo que me interesaba realmente era la maquinaria que se utilizaba”, confesó.
Así, con un poco de investigación decidió que la carrera ideal era Ing. Mecatrónica. Sus papás, siempre lo apoyaron y aunque tenía muchas opciones también tuvo muchos inconvenientes, al final todo lo llevó a decidirse por el programa de UAF en UPAEP.
Desde que salió la convocatoria se metió de lleno y por completo al proceso, fue un tiempo de constante angustia e incertidumbre por saber si lograría conseguir la beca, hasta que llegó el día en el que le dieron la noticia de que había sido seleccionado.
“Cuando me dijeron que había sido aceptado fue un gran alivio ya que estuve esperando por meses, mi familia se alegró bastante, ellos siempre han puesto su esperanza en mí y saben que voy a cumplir mis objetivos”, expresó.
Raúl se separó de su familia por primera vez, sin embargo, ha sabido manejarlo muy bien y confiesa que no le ha sido muy difícil el cambio pues siempre tuvo la idea de que al terminar la prepa debía salir de su lugar de origen para lograr sus metas. Además, al conocer a sus compañeros y saber que son personas con historias similares a la suya, y que también están luchando por sus sueños, se sintió más motivado.
Aunque aún no define el proyecto en el que trabajará para aportar con su comunidad de origen, tiene una idea del área en la que quiere contribuir. “En donde vivo sí hay instituciones educativas, pero yo veo que no existe un buen nivel de aprovechamiento académico, puesto que la mayoría de alumnos lo ve como una obligación más que una oportunidad y a mí me gustaría contribuir para cambiar esa mentalidad”, compartió Raúl.
Finalmente, agradeció a los donadores del programa Una Apuesta de Futuro por creer y confiar en él y sus compañeros que hoy forman parte de la generación 2020.
“Agradezco mucho que haya personas que sí creen y confían en nosotros, en nuestras capacidades, y apuesten por nosotros, ojalá que haya muchas más personas que se animen a apoyar y a ser donantes, estén seguros que no es un desperdicio de dinero porque realmente nos están cambiando la vida”, concluyó.