Comunidad
Hugo Romero, un ejemplo de motivación y espíritu de liderazgo 
18 septiembre Por: Yolanda Jaimes
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Hugo Romero Aguas, es uno de los 13 jóvenes líderes comunitarios que hoy forma del programa Una Apuesta de Futuro (UAF) para estudiar Medicina Veterinaria y Zootecnia gracias a la labor que desarrolló en Santa María Ixtiyucan.

Por: Jacqueline Huerta Romero

Hugo es originario de Santa María Ixtiyucan, una comunidad que pertenece al municipio de Nopalucan en el estado de Puebla. Allí vivía con su pequeña familia, su mamá, que se dedica a las labores del hogar; su papá que es carpintero y su hermana mayor.

A él le gusta ayudar a los demás, por eso al comenzar la preparatoria sentía la necesidad de poder servir a su comunidad de alguna forma con los problemas que él podía observar. Hugo confiesa que la mayoría de personas allá, suelen estar muy arraigados a sus costumbres y tener una ideología machista, lo que conlleva a que haya muchos embarazos no planeados y era un hecho que le causaba tristeza pero que convirtió en una gran motivación para ser parte del cambio.

Así fue que hace algunos años decidió unirse a “GAPS”, un grupo de jóvenes en Santa María Ixtiyucan quienes se dedican a promover la salud y a asesorar a las personas en educación sexual dentro de la clínica de su comunidad a través de pláticas, organizar talleres y actividades con los vecinos.

Tiempo después, se convirtió en presidente de este grupo y se unió a otro que tenía la misma finalidad ya que ayudar le hacía sentir bien. “El poder contribuir con mi comunidad de esa forma, me daba una gran satisfacción y nunca lo hice esperando nada a cambio”, confesó.

Sin embargo, nunca pasó por su mente que en un futuro eso sería determinante para obtener una beca en UPAEP, una de las universidades más reconocidas y de mayor calidad académica en Puebla.

Un día, durante sus últimos meses de bachillerato, el director de su escuela les informó sobre el programa de UAF, que conoció a través de un estudiante de posgrados de esta institución.

“El director nos platicó del programa, llamó a mis papás y también les platicó del proceso. Al inicio no podíamos creerlo pero al saber que no perdería nada con intentarlo es que me decidí a iniciar mi proceso”, expresó.

Tanto para él como para su familia fue algo realmente sorprendente y hasta cierto punto les causaba cierta incertidumbre esta oportunidad, ya que a su modo de verlo, no era común que hoy en día alguien ofreciera una oportunidad así, sin pedir o esperar algo a cambio. Pero sabían que debía aprovechar esa oportunidad.

“No tenía muchas opciones para seguir estudiando, más que nada por falta de recursos, así que esto me motivó a intentarlo y aplicar para ser aspirante a la beca, además de que cumplía con un de los requisitos fundamentales: formaba parte de un proyecto social en mi comunidad”, agregó.

Hugo no niega que fue un proceso largo y hasta cierto punto muy frustrante, porque a pesar de que tenía una segunda opción: hacer el examen para BUAP, no tenía nada asegurado. No obstante, la emoción y las ganas de lograrlo siempre estuvieron presentes.

<p">Durante el proceso y la preparación, también se dedicó a conocer más sobre la que sería su próxima casa de estudios si obtenía la beca, ya que no conocía del todo la universidad.

“Sí había escuchado hablar de UPAEP pero realmente no la conocía, cuando visitamos la universidad me pareció increíble, aún no lo creía. Al ver la casa de UAF y cuando nos explicaron todo, la emoción fue más grande aún, mis ganas de querer obtener la beca crecieron bastante”, compartió.

Así, un día ya después de algún tiempo largo de entrevistas, exámenes y papeleo le dieron la noticia de que había sido seleccionado para ser acreedor a la beca de UAF. Le costaba asimilarlo pero estaba muy feliz y aunque dejaría a su familia por primera vez sabía que era la mejor opción para tener un aprendizaje de mayor calidad y con más facilidades con respecto a la tecnología. 

“Es la primera vez que me separo de mi familia y sí es un poco duro. Estoy muy acostumbrado al ambiente familiar y de un día para otro cambió todo, es un poco triste pero tengo muy presente que para lograr mis objetivos debo hacer sacrificios, y con el tiempo sé que valdrá la pena. Podré ayudar a mi familia y a mi comunidad”, dijo.

Su compromiso con la universidad y con él mismo es poder destacar y mejorar día con día, dar lo mejor de sí y utilizar los conocimientos que adquiera en favor de su comunidad y aunque aún no tiene definido cuál será el enfoque para su proyecto social, ya ha pensado en varias opciones.

Finalmente, Hugo envió un mensaje a todos quienes hacen parte de la comunidad de donadores de una Apuesta de Futuro: “les agradezco por este tipo de oportunidades que ofrecen a las personas de bajos recursos, por creer y poner su confianza en personas como nosotros para que podamos cumplir nuestros sueños”.

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