Egresado de Prepa UPAEP y de la Licenciatura en Administración de Empresas, esposo de una colaboradora UPAEP y padre de dos estudiantes de la universidad. Alberto Altieri es seguidor de las Águilas desde 1984 y nos cuenta el valor que tiene el ser fan de los equipos UPAEP.
¿Cuál es su primer recuerdo que tiene de las Águilas UPAEP?
Un clásico de 1984 en el Alpha 2. Yo entré a la prepa en1983 y en ese año vinieron a jugar con las Águilas varios chavos de Chihuahua y algunos de ellos eran mis compañeros, a la fecha mis amigos.
Regresando al clásico, fue el primer partido oficial que vi de las Águilas. En esa ocasión no pudimos ganar a un equipo de puro universitario y nosotros teníamos 4 o 5 de universidad y el resto de prepa. Perdimos por 6 puntos.
¿Podríamos decir que a pesar de la derrota, el equipo lo flechó?
Totalmente. El ambiente que se sintió en el gimnasio es indescriptible; una rivalidad que a la fecha sigue creciendo aunque a veces la siento mal encaminada por algunos malos aficionados que bien podríamos decirles villamelones.
Cabe mencionar que en mis épocas de estudiante, las Águilas siempre jugaban con gimnasio lleno y las porras que entonábamos nos identificaban mucho con el equipo.
Ahora que menciona a los villamelones, ¿cómo debe ser el aficionado de las Águilas?
Primero que nada debe estar identificado con el modelo UPAEP; un modelo solidario, esto implica que debes estar con tu equipo en las buenas en las malas y en las mejores.
Hay ocasiones que se llega a perder un partido por las circunstancias que tú quieras y el apoyo se va. En mi caso no me fue posible apoyar a los equipos más de 10 años por cuestiones de trabajo (de 1993 a 2005).
Muchos de los campeonatos sólo me enteré por las noticias pero siempre me llenaban de alegría los logros de las Águilas.
Di clases en la UPAEP hasta 1998, en el modelo de maestro solidario, éstas eran por las mañanas de 7 a 9; después entraba a trabajar y no tenía un horario fijo de salida. Había días que salía 3 o 4 de la mañana y tenía que ir a dar mi clase de 7 y después entrar a trabajar a las 9, ver los juegos era complicado; además de que no había acceso a ver los juegos en otro medio que no fuera estar presente en el Nido.
Ahora ya se pueden ver los juegos en línea pero no es lo mismo que estar en las tribunas.
¿Qué tienen los equipos UPAEP que pueden generar esta afinidad con su público?
Tienen una personalidad propia y una mística que ningún otro equipo de cualquier liga tiene, además de que siempre se apegan al fairplay. Aquí se incluye el Modelo Solidario de la universidad. Saben jugar en equipo, aquí todos son importantes y hacen su trabajo en la medida que les exige el coach.
En estos años de afición, ¿qué partidos recuerda con más cariño o emoción?
A mí me tocó ver por la televisión abierta la final de 1987 contra el CEU. La transmitió en ese entonces Imevisión y recuerdo que uno de los comentaristas era el Prof. Constancio Córdoba que era entrenador de la Panamericana. Esa final fue increíblemente y emocionante; teníamos un gran equipo del que era miembro Javier Ceniceros.
Otro partido que recuerdo con mucho cariño fue la final del 2006 en la UDLAP contra el Tec de Monterrey y donde el puntal era Gustavo Ayón.
Posterior a estos juegos las dos finales del 2012, primero ganando en casa al Tec de Mty y después en Xalapa al CEU. En ambos partidos estuvimos presentes mi familia y yo.
Luego tuve la oportunidad de acompañar a los equipos a Monterrey en el Ocho Grandes del 2014 donde se coronaron las chicas. En el 2016 nuevamente las chicas dando la cara y la final del 2017 en casa donde las chicas otra vez nos dan la alegría de ser campeones y los chicos con un cuadro mermado llegaron a la final, la perdieron pero dejaron el alma en la duela.
Hace rato mencionó a la familia, todos son integrantes de la comunidad UPAEP, pero ¿cómo inculcar el cariño al equipo?
Mi esposa (Silvia Kuri) al Igual que yo es egresada de UPAEP, ella de la escuela de Pedagogía, en licenciatura, maestría y doctorado y yo de la facultad de Administración de Empresas.
Cuando mis hijos cursaban los primeros años de la escuela primaria les nació la idea de jugar básquetbol con el equipo de su colegio. Esto fue el hecho que me hizo regresar a la universidad a seguir apoyando a las Águilas y querer mostrarles lo que es el básquet a un gran nivel de competencia.
Cada 15 días ahí estamos los 4 apoyando a los equipos.
¿Cómo es seguir a las Águilas en familia, qué representa que los equipos sea pretexto para estar juntos?
Es una actividad que nos integra y nos une. Hay ocasiones que no siempre podemos los 4, pero la Idea es estar siempre ahí.
Te puedo mencionar que mis hijos son comunidad UPAEP desde la secundaria hasta ahorita. Uno de ellos terminó sus materias en la facultad de Ingeniería Química y el otro está a punto de terminar Ingeniería Industrial.
Desde siempre llevan el rojo… corrijo, llevamos.
Finalmente maestro. El deporte es formativo en UPAEP, ¿desde el punto de vista de la afición cómo cumple este aspecto?
Pues pienso que de muchas maneras. La forma en que te expresas y apoyas a tu equipo, cómo te diriges hacia él, al equipo contrario y los árbitros; el respeto por las instalaciones; el compañerismo que se genera en la tribuna, ya que sin conocer a las personas a tu lado te llegas a identificar con ellos en algunos aspectos y llegas a conocer un poco más a los chicos y chicas que son parte de los equipos de Águilas UPAEP.