Su deseo por formarse como abogado defensor de migrantes le trajo a La Preciosita, comunidad poblana que el joven estadounidense conoció gracias a un programa de inmersión cultural que le dio la oportunidad de conocer el tema migratorio desde otra perspectiva.
Por: Jacqueline Huerta Romero
Motivado por las ganas de ayudar a los demás y por un espíritu emprendedor, Joseph Logan Hoover, egresado de Sociología en Kansas State University, tomó una de las decisiones que más ha impactado en su vida personal y profesional, vivir una experiencia internacional en México.
Su interés por defender los derechos humanos y por la cultura de habla hispana provienen desde pequeño, de sus experiencias trabajando como cocinero, donde conoció y convivió con muchas personas que estaban ahí de forma ilegal y que por supuesto, no recibían los mismos trato que los nativos.
“Desde pequeño he trabajado, y así es como tuve contacto con hispanohablantes mexicanos y centroamericanos. Desde hace tiempo he tenido amigos que son de otros lugares entonces así comencé a aprender un poco sobre diferentes culturas, aprendí algunas palabras en español para comunicarme mejor con ellos y fue lo que me inspiró a conocer otros países y seguir aprendiendo”, expresó.
“Para mí era importante ir a otro país para aprender español y poder mejorar la capacidad cultural en mi entorno”, confesó.
En aquél momento, se le presentó la oportunidad de tomar un programa de inmersión cultural entre la Universidad del Estado de Kansas y UPAEP para participar en un equipo de servicio internacional durante 3 meses, cuyo objetivo era desarrollar soluciones en áreas vulnerables de alguna localidad, en este caso fue en La Preciosita.
Y es que La Preciosita, es una población poblana que se caracteriza por que sus habitantes al llegar a edad adulta suelen migrar a Estados Unidos para trabajar como jornaleros, hecho que llamó mucho la atención de Logan y no dudo en tomar el reto.
El interés de Logan por sumergirse en otra cultura era tal, que contactó a estudiantes que ya había vivido esta experiencia para que le contaran sobre el lugar que después se convertiría en su hogar pues la charla le ayudó a prepararse y no experimentar un gran choque cultural.
Previo a su llegada, el joven estadounidense comenzó a buscar las problemáticas en las que pudiera enfocar su proyecto social, una que le interesaba impulsar era el tema de la basura, pues se dio cuenta del problema de contaminación, no obstante, al platicar con las familias se dio cuenta que lo que ellos realmente necesitaban o querían, era aprender inglés, entonces fue en eso en lo que se enfocó.
“Dejé de hacer los pequeños proyectos y comencé a dar clases de inglés diario, tuvimos aproximadamente tres diferentes clases de acuerdo a la edad”, precisó.
De esta etapa, Logan confiesa que sí fue muy difícil al inicio, pues no tenía experiencia en la enseñanza de algún idioma y tampoco tenía algún grado o título en pedagogía para saber cómo enseñar, pero siempre tuvo muy presente las diferentes formas de aprendizaje y trató de adaptarse con lo que él veía que funcionaba.
“Casi no hablaba nada de español, yo estudié un semestre en la universidad y aprendí las palabras básicas, pero las primeras semanas en La Preciosita era muy difícil porque viví un reto tratando de comunicarme, con muchos gestos y palabras inexistentes”, relató.
Sin embargo, parte de estos retos fue lo que lo motivó a volver a Puebla, una vez que acabó el proyecto y había regresado a Estados Unidos, aunque esta vez para estudiar y tomar algunas materias en UPAEP. Logan había mejorado mucho su español y sentía que aún le faltaba aprender mucho sobre temas sociales.
Por ello, entre las materias que decidió tomar estaba Historia Prehispánica, Psicología del Mexicano, Historia del Derecho, Sistema Político de México, entre otras. Y lo más importante es que todas eran en español. De esta forma, logró hacer un doble grado y nuevamente sabía que lo mucho que había aprendido en México, no era suficiente.
Así, ya en Estados Unidos, motivado por saber más, compró una moto y tomó la decisión de hacer uno de los viajes más largos de su vida, hizo un recorrido por toda América Latina, desde Kansas hasta Argentina, recorrió aproximadamente 19 países en 13 meses.
“Tuve muchos problemas al hacer un viaje tan largo, al cruzar diferentes países por diferentes culturas, idiomas, pero toda la gente siempre me trató muy bien”.
Ya de regreso en Estados Unidos, hizo una maestría enfocada en traducción e interpretación del español, mientras daba clases en la universidad. Todo ese aprendizaje lo llevó a su actual trabajo, donde asiste a una abogada de migración.
Joseph tiene la seguridad de que si no hubiera buscado la oportunidad de hacer un intercambio académico-cultural no habría hecho todo lo que ha logrado hacer hasta el día de hoy, ya que una experiencia siempre lo llevó a otra, además obtuvo grandes recompensas. Hizo su maestría “gratis” gracias al español que aprendió en México, conoció y vivió experiencias con personas de otros países, hasta conseguir el trabajo de sus sueños, que es la defensa de los derechos de los migrantes.
“La experiencia en La Preciosita cambió mi vida, la gente me trató como a un hijo y para mí es muy impresionante cómo las personas me recibían en su casa. Tener esos vínculos y tener ese trato de la gente me hace sentir muy bien y por eso sigo regresando cada vez que puedo”, agregó.
Finalmente Logan envió un consejo para sus todos aquellos que tienen miedo o no se animan a realizar un intercambio por alguna u otra razón, “no vale la pena arrepentirse de un viaje que no hiciste, es mejor arriesgarse y bueno o malo al final uno siempre puede regresar a su hogar, pero hay que aprender a salir de la zona de confort; tener experiencias interculturales va a cambiar tus oportunidades y transformar tu proyección profesional”, concluyó.