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Marusi Fernández vive la Psicología con perspectiva finlandesa  
21 agosto Por: Yolanda Jaimes
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No era la primera vez que salía de México, pero sí de intercambio, y vivir en un país totalmente diferente al suyo fue razón suficiente para que la joven eligiera la University of JyväsKylä, ubicada en Finlandia.

Marusi Fernández Carazo, estudiante de la licenciatura en Psicología, decidió cursar su último semestre en la University of Jyväskylä, situada en Finlandia, motivada por los contrastes que encontraría en el país europeo: calidad de vida, calidad educativa, el clima y la cultura.

Y así fue, la primera impresión la tuvo previo a aterrizar en Helsinki pues a diferencia de sus otros viajes como turista, Marusi pudo observar que debajo de ella había un mundo lleno de lagos y vegetación.

“Salir del país en plan de intercambio es totalmente distinto a si uno se va de turista porque conoces gente de tu edad, conoces el mundo a través de otras personas, es una experiencia más enriquecedora debido al misterio que hay detrás de buscar universidad, el nervio de ser o no aceptado, el auto cuestionarse si es realmente lo que quieres. Es un proceso lleno de intriga y emoción”, confesó.

Además, relató, que en la universidad finlandesa no solo tuvo oportunidad de convivir con oriundos, sino también con gente proveniente de otros lugares de Europa, lo que hizo de su intercambio una experiencia totalmente diferente pese a los temores que tenía a raíz de los prejuicios de que la gente era fría y tajante.

“Estando allá te encuentras que todos van con el mismo plan: conocer nuevas personas, vivir algo diferente, ver la vida de otra forma. Allí te encuentras entre pares para hacer aventuras, para aprender, para viajar, conoces otras formas de trabajar en equipo, de encontrar ideas convergentes”, agregó.

De su vida académica, comenta, la University of JyväsKylä cuenta con un programa de tutores que son un apoyo para los estudiantes de intercambio para establecerse, les dan tips de cómo funciona la universidad, de acercamiento a la cultura, etcétera.

Su tutora se llama Iida y gracias a ella pudo romper con el primer paradigma respecto a los finlandeses, pues la recibió con un abrazo lo que le dio confianza para afrontar la nueva vida que estaba a punto de comenzar y que tenía planeado encarar con dulces mexicanos en caso de extrañar su hogar.

En Finlandia, Marusi cursó 8 materias que le apoyarían para enriquecer su proyecto de tesis cuyo tema central era el diseño de un recurso didáctico para apoyar en la sensibilización de los niños con epilepsia.

Del total de las materias, pudo revalidar cuatro que eran del área de la Psicología y una más a negocios: Investigación, Psicología Emocional, Intervención en Crisis, Ética y Sustentabilidad y Responsabilidad Social, respectivamente, en tanto las otras tres las cursó únicamente para aprovechar el sistema educativo de Finlandia.

Su materia favorita fue Psicología Social porque el profesor Matti Kuorelahti tenía una vasta experiencia como profesor y trabajó con el gobierno de Finlandia los planes curriculares, razón por lo cual les transmitía mucho conocimiento en lo práctico.

“La materia tenía que ver en la forma en que los niños aprenden gracias a los factores emocionales que el maestro les provee que es algo que en México nos falta mucho, pero puede ser el punto de cambio en educación. Nos dejó un trabajo final, y ese me ayudó mucho a integrar lo que ya sabía con la experiencia de México y lo que estaba aprendiendo”, expresó.

Del ambiente universitario, Marusi comparte que es interesante el intercambio cultural en un país como Finlandia, reconocido a nivel mundial por su nivel educativo, en donde pudo conocer otras formas de trabajar en equipo, otras culturas y entenderlas.

Pese a la carga de materias y la exigencia del sistema educativo finés, la estudiante de Psicología pudo encontrar un balance para disfrutar al máximo esta experiencia y viajar para conocer otros lugares.

Una de las experiencias que le permitió conocer más a fondo Finlandia y de las más significativas, fue gracias a un programa que le dio la oportunidad de convivir con una familia finesa nativa, con la que incluso festejó el día de independencia, celebración que a diferencia de México  que es como un día de fiesta, allá es un día de respeto y reunión familiar.

Así, conocer más sobre las raíces finlandesas se volvió de las actividades más recreativas e interesantes con su familia nativa, la llevaron a museos, zoológicos, hizo senderismo, visitó bastante el sauna, además probó platillos muy peculiares que no había visto antes, como la carne de reno, el salami de oso o el pescado en alquitrán.

“Todas esas actividades son parte de la vida finlandesa, es cuando me daba cuenta que estaba viviendo una experiencia intercultural. La comida también era muy diferente y peculiar pero la aprendí a disfrutar”, expresó.

Otro detalle cultural que vivió durante su intercambio fue un día que iba por la calle y se encontró a un pequeño a quien instintivamente le sonrió y saludó con la mano, pero el pequeño salió corriendo, lo que le hizo recordar lo que su maestra de Finés les comentó en una clase ‘en Finlandia los que sonríen o están locos o son de intercambio’. “Pobre niño, yo creo que lo espante”, relató.

Pese a los tiempos difíciles se viven, Marusi invita a todos sus compañeros a vivir una experiencia internacional cuando les sea posible, sin importar que sea en el último semestre, pues asegura será una experiencia con que crecerán en todos los sentidos.

“Para mí ha sido de las mejores experiencias y creo que todos tendrían que intentarlo”, finalizó.

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