Alemania recibió a estudiante de Administración Financiera y Bursátil quien decidió que su experiencia de intercambio debía ser más retadora en cuanto al idioma, por ello eligió la Hochschule Bremen City University of Applied Sciences.
Ana Abeleni García Trujillo, estudiante de 8vo. Semestre de la licenciatura en Administración Financiera y Bursátil, eligió Alemania y la Hochschule Bremen City University of Applied Sciences como su destino y universidad para realizar su intercambio pues buscaba vivir una experiencia retadora.
Entre sus opciones estaban Sudamérica, Francia, Turquía y Alemania, pero su interés por conocer cómo funcionaba el sistema financiero de un país de primer mundo le hizo decidirse por Alemania.
Ana Abeleni tuvo muy poco tiempo para meter sus papeles, así que por lo precipitado de la situación no tuvo el tiempo suficiente para reflexionar sobre todo lo que implicaba su decisión, y no fue hasta que sus compañeros en UPAEP iniciaron clases que se dio cuenta que el semestre para ella iba a ser distinto: el país, el idioma, el sistema escolar, la cultura, etcétera.
“Fue hasta que estaba en el avión que pasé de los nervios y el miedo a la emoción. Empecé a sentirme más preparada para enfrentarme a lo que viniera”, expresó.
No era la primera vez que Ana Abeleni salía del país, pero sí era la primera vez que lo haría por un largo periodo, razón por la cual el hecho de vivir la pandemia fuera de casa marcó su experiencia internacional ya que tuvo que afrontar la soledad que llegó con los meses de confinamiento.
Y es que la pandemia obligó a la Hochschule de Bremen a migrar al formato digital las clases pocos días después que el semestre en Alemania había comenzado, lo que limitó sus posibilidades de establecer fuertes lazos de amistad con sus compañeros y sacar más provecho del sistema educativo europeo.
No obstante, los pocos días que tuvo oportunidad de conocer la cultura e interactuar con las personas, se dio cuenta que los alemanes no son tan fríos como ella pensaba pues los días que estuvo en la universidad se mostraron muy amables y solidarios.
“Yo llegué con la idea de que los alemanes eran fríos y distantes pero resultaron ser todo lo contrario, son solidarios, atentos y cálidos. Siempre buscaban la forma de ayudarme, no solo en la universidad, sino también gente desconocida en el supermercado, en la calle, si me veía como perdida me preguntaban si podían ayudarme”, relató.
Lo anterior, podría parecer muy sencillo o insignificante para cualquiera, pero para Ana Abeleni fue todo un logro pues se considera a sí misma una persona poco sociable y reservada.
“Yo no soy una persona muy sociable, para mí era un reto personal interactuar con los demás, pero justo era lo que buscaba con este intercambio, salir de mi zona de confort y a eso se suma que no sé alemán. Desenvolverme día a día era una cuestión difícil porque prácticamente el único sitio donde me servía el inglés de forma segura era en la universidad, no en el supermercado ni en restaurantes”, relató.
Una de las formas que encontró para conectar fue su cultura, pues mucha gente se le acercó queriendo saber más de su país, México. Hecho que, de cierta forma, le ayudó a ser más sociable por mera supervivencia pero también porque le surgió la curiosidad de conocer más a fondo ese lugar que por unos meses sería su hogar lo que le ayudó a adaptarse un poco más rápido.
En la Hochschule cursó Marketing Global, International Business Manage and Accounting e Internacional Economics, lo que le permitió dares cuenta que su formación en UPAEP fue tan estricta y disciplinada como lo es la alemana pues pudo adaptarse muy rápido.
“Estando ahí fue una sorpresa porque pensé que integrarme sería bastante retador, sin embargo, al conocer a mis maestros y materias me di cuenta que mis profesores provienen también de otros países, lo cual hizo que fueran más flexibles y con una visión universal en su método de enseñanza y trato hacia las personas de otros lugares, como yo, lo cual hizo bastante llevadera la situación”.
De su estancia por Alemania en plena cuarentena confesó, fue muy pesado pues sus clases eran sesiones de 4 horas seguidas y únicamente les pasaron el contenido para sobre ello hacerles una evaluación final.
“Fueron semanas con mucha incertidumbre porque estar encerrada en mi cuarto por tanto tiempo me provocó ansiedad, no podía dormir a horas normales, ya que como no hice amigos allá, mi mente seguía en México con mis amigos y familia. Lo que me ayudó fue ir al gimnasio cuando reabrieron los centros de interacción social en Alemania, porque yo me estaba volviendo loca por no poder interactuar o salir de casa”, confesó Ana Abeleni.
Pese a todo, Ana asegura que no se arrepiente de haberse ido de intercambio pues siempre de las situaciones más difíciles es que se puede sacar provecho.
“Si hubiera sabido todo lo que esta experiencia iba a acarrear, probablemente me hubiera echado para atrás, pero justo ahora no me arrepiento. Esta experiencia me ha dejado muchos aprendizajes, como manejar la ansiedad, valorar las cosas simples que te hacen pertenecer a un lugar, valorar las personas en tu vida y demostrarles lo importante que son para ti, administrar mi tiempo y sobre todo, ser sociable”, finalizó.
Comunidad
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13 julio Por: Yolanda Jaimes