El modelo educativo U-50 de la institución tiene como objetivo evaluar el proceso formativo del estudiante y ha encontrado en la escritura una herramienta poderosa para hacerlo.
Y es que a decir de la Mtra. Abigail Villagrán, la escritura es la “súper herramienta” de aprendizaje que de dominarla se puede tener acceso a todo tipo de habilidades académicas: mayor comprensión de textos, entender gran diversidad de situaciones y de cualquier disciplina.
En este sentido, el modelo de enseñanza-aprendizaje en el Centro de Escritura UPAEP, se pensó para que estuviera centrado en el estudiante, es decir, se negocia con los universitarios sus necesidades, sus intereses frente a la tarea que tienen enfrente y a los estándares que ésta debe cumplir para poder darles el acompañamiento en ese sentido.
Cualquiera que llegue a la puerta es una incógnita, necesita una estrategia particular, por ello el Centro de Escritura ofrece este proceso de acompañamiento que no es de un solo día, sino que se da como un proceso vital durante toda la trayectoria académica del estudiante.
A este respecto, agregó, “los learning outcomes ven al aprendizaje como una trayectoria y parten justamente de cómo asegurar el aprendizaje de los estudiantes, por ello mi trabajo con el Comité de Learning Outcomes se ha centrado en diseñar a formación para los profesores para que se aproximen a este nuevo paradigma y en diseñar estrategias que les permita utilizar a la escritura, como una herramienta para medir el aprendizaje de los estudiantes”.
Agregó que el Centro de Escritura se apoya en los mismos universitarios para poder brindar este acompañamiento, es decir, son estudiantes ayudando estudiantes, pero no de una forma únicamente altruista sino profesional, pues los tutores reciben capacitación especial que involucra su certificación internacional.
“Cada semestre reclutamos entre 5 y 10 estudiantes quienes deben mostrar conocimientos y capacidad de servicio, después tienen que obtener su certificado de programa de entrenamiento tutorial y a 10 años de la creación del Centro de Escritura hemos formado a 130 tutores que han cumplido con cerca de 2 mil horas de acompañamiento activo”, indicó la profesora.
Entre los resultados que se han observado en quienes han cursado el Centro de Escritura, destacan conocimiento de los géneros de escritura académica y su estructura, la intención particular para abordar los temas, la identificación de las etapas de la escritura y mayor capacidad para enfrentar sus tareas.
“En términos generales un tutor ayuda a conocer su perfil como escritor, a conocer sus fortalezas y a trabajar con sus áreas de oportunidad de forma paulatina más que a corregir un texto, es trabajar con el estudiante como un escritor en desarrollo”, destacó.
Cabe destacar que el Centro de Escritura ha contribuido también a echar abajo creencias relacionadas con esta práctica tales como “la letra con sangre entra” y que solo los profesores de español, literatura o estas áreas pueden enseñar a escribir.
“A mí me ha gustado mucho este trabajo porque permite dejar claro el gran aporte del desarrollo de la escritura académica para los estudiantes. Es una cultura que se ha creado a lo largo de 10 años para redignificar la escritura”, subrayó la profesora que ha sido distinguida con el premio a la investigación más prometedora por la Universidad de Indiana por generar comunidad a partir de la escritura.