En tiempos de crisis, la familia es el apoyo de toda sociedad pues aporta no solo en lo anímico sino también en lo económico.
La familia es el elemento fundamental de la sociedad y el medio natural para el crecimiento y bienestar de todos sus miembros, destacó la Directora de la fundación Family Watch en su participación durante la serie de charlas virtuales organizadas por el Centro de Estudios de Familia y Sociedad UPAEP (CEFAS).
Lo anterior, agregó la Dra. María José Olesti, se refleja en el trabajo de investigación realizado por Family Watch para conocer los efectos de la contingencia sanitaria que arrojó el impacto positivo que tiene la estabilidad familiar en la sociedad.
“La familia no es solo es el principal agente de desarrollo social, económico y cultural sino que es además la principal red de solidaridad y desde luego la mejor predicción frente a la exclusión social”, indicó.
Reconoció que hoy en día las familias en general enfrentan diferentes retos y desafíos que van desde el envejecimiento de la población, la transformación del mercado laboral y los cambios en los propios valores sociales y observó que existen factores que también debilitan el núcleo familiar: pobreza infantil y abandono de las personas mayores, aumento de la violencia filo-parental así como la integración de la vida personal y laboral.
A este respecto, señaló, el abandono de las personas mayores es una forma de exclusión social mucho más perjudicial que cualquier efecto económico.
Esta falta de tiempo, agregó, en países europeos son considerados como indicadores de pobreza, una pobreza que es intangible pero real ya que es tiempo que se puede dedicar a estar con los hijos para guiarlos, educarlos y que puede aportar a la familia y a la sociedad. "Esa falta de tiempo empobrece las relaciones entre los miembros de la familia”, acotó la Dra. Olesti.
Respecto a las bajas tasas de natalidad, indicó están convirtiéndose en un reto para los países europeos ya que de ésta depende el presupuesto para pagar pensiones, servicios de sanidad u otros servicios.
En este sentido, recomendó, que el tema de la fecundidad y de la demografía debe abordarse no como una política de estado sino como una estrategia a largo plazo además de reconocer el valor que tiene la maternidad en ámbito económico y social.
“El tema de la maternidad debe de verse desde el ámbito personal pero también desde el económico, social y político. Las mujeres deberían tener la absoluta libertad de elegir si quieren ser madres sin que eso signifique sacrificar su desarrollo profesional”.
Por lo tanto, asentó que para hacer frente a todos los desafíos, se necesita tener en cuenta el papel esencial que tienen para el progreso social, para el desarrollo de las familias y fomentar la práctica de los objetivos de desarrollo sostenible, como la pobreza, la salud, educación, igualdad de género, violencia y desempleo juvenil ya que son los que realmente impactan de una manera decisiva al conjunto de la familia.
Por último, mencionó que una familia fuerte y sólida es capaz de dar lugar a una sociedad de las mismas características, por lo que exhortó a las familias a trabajar juntos cada uno desde el lugar que ocupen en la sociedad para conseguir que la ésta siga siendo la gran escuela donde se trasmiten valores para que siga siendo ese lugar privilegiado.