Comunidad
Enfermeras UPAEP en la primera línea de combate a la pandemia
25 mayo Por: Yolanda Jaimes
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Jornadas de frustración y angustia vive personal médico debido a la falta de sensibilización y cultura por parte de los mexicanos para seguir medidas básicas de prevención.
 
La experiencia es frustrante, sales de guardia con cansancio por la preocupación a contagiarte y tienes que salir a bañarte inmediatamente, llegas a casa y quieres abrazar a todos pero tampoco puedes porque debes bañarte nuevamente y lavar la ropa que traes puesta para proteger a tu familia, relató Ihaly Arenas Vázquez, enfermera en el IMSS de Ensenada, Baja California.
 
La estudiante de la Especialidad en Cuidados de Heridas y Accesos Vasculares y egresada de la Maestría en Ciencias de la Enfermería de la UPAEP, agregó que cuando se empezaron a dar los primeros casos de Coronavirus en México, les informaron que su centro de trabajo sería un hospital COVID-19.
 
Las primeras acciones en consecuencia fueron ubicar qué área física sería la adecuada para atender a los enfermos por coronavirus, saber con qué recursos contaban para atender dicha situación y como muchos hospitales del país, en plena fase dos, había desabasto de medicamento y de equipo de protección para enfermeros y doctores.
 
Cuando llegan pacientes a Urgencias, “todos son sospechosos”, confesó; si es COVID-19 se monitorea, dependiendo de qué tan avanzado esté, en ocasiones solo se les manda a casa y se les dan recomendaciones, pero algunos otros si ameritan hospitalizarse, se les interna para estabilizarlos, medicarlos y si es necesario,  intubarlos mecánicamente.
 
“Han sido muchos cambios, los ánimos se notan, se nota el estrés en el área directiva, en el área de Enfermería, no estábamos preparados para algo así. Al final cuando vamos al checador, ya en la salida, hay un silencio, son diferentes caras, te saludan con la sana distancia, pero se siente el cambio, notas tristeza, vacío, algo que no había visto antes”, describió Ihaly.
 

 
El protocolo a seguir por parte del personal médico “es sofocante”, al menos 30 minutos toma colocarse el equipo de protección y el mismo tiempo, o posiblemente más el retirarlo, compartió Nohemi González Sánchez, estudiante de la Especialidad en Cuidados Críticos de la UPAEP.
 
La también Enfermera en el Hospital de Traumatología y Ortopedia de la Secretaría de Salud en la ciudad de Puebla, explicó que el nosocomio donde ella labora se convirtió en receptor de enfermos por COVID-19 hace unas semanas por lo que al estar en el área de Terapia Intensiva, atiende a pacientes en estado crítico, aquellos que están bajo sedación y/o ventilación mecánica.
 
“Al llegar al Hospital, primero que nada pasamos al comedor a tomar nuestros alimentos porque una vez en el área no puedes salir ni para tomar agua o ir al sanitario, posterior tenemos una plática grupal para poder atender a los pacientes, una vez hecho esto nos entregan nuestro equipo de protección personal (gorro, cubrebocas, googles, uniforme quirúrgico), al entrar al área tenemos dos opciones: estar en contacto directo con el paciente o estar en la central donde se prepara el medicamento y las infusiones.
 
Al momento de salir del área, el proceso para retirar el equipo es un poco más tardado, porque en todo momento nos tenemos que lavar nuestras manos: quito gorro, lavas las manos; quito cubrebocas, lavas manos y al final literal, te rocían cloro, vas a las regaderas y posteriormente ya puedes ir a tu casa”, describió Nohemi.
 

 
Las estudiantes UPAEP, declararon que llevar a cabo su profesión de la mano con la vida personal ha sido muy complicado pues cuando llegan a casa no pueden tocar a nadie como lo hacían previo a la pandemia.
 
“Mis hijos tiene 8 y 10 años, pero ya tienen el conocimiento, saben que llega mamá y es no tocarla. Es algo fuerte, como mexicano quieres llegar a abrazar a tus hijos y besarlos, es como una terapia después de una larga jornada, sin embargo han aprendido a respetarlo. Es triste, quisieras hacer todo como en tu vida cotidiana y no se puede, pero es por cuidarlos”, compartió Ihaly Arenas.
 
Las jóvenes estudiantes de la UPAEP, denunciaron que al igual que otras personas del área médica han experimentado el rechazo por parte de la sociedad al momento que las ven con el uniforme, pero también reconocieron hay gente que valoran su trabajo y por momentos son voceras con sus vecinos y familiares sobre la situación que viven al interior de los hospitales en que trabajan.
 
En este sentido, su mensaje y recomendación para la gente que no cree, que sigue saliendo de casa haciendo su vida cotidiana, que no ha guardado distancia, es que vean a su lado y piensen si quieren ver a sus familiares postrados en una cama.
 
“En los hospitales siempre hay gente, se llena día con día, nunca lo mantenemos vacíos. Hemos tenido altas por mejoría pero también por deceso, lamentablemente. Así que les pedimos que acaten las ordenes, nosotros estamos danto la vida, literal, por Ustedes, échennos la mano”, finalizó Nohemi González.
 

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