Hoy 30 de abril grandes y no tan grandes vuelven a su niñez a través de fotos y recuerdos perdidos en las profundidades de la memoria.
Dicen que recordar es volver a vivir, así que hoy toca viajar a través de la memoria a esos días del niño que solían festejarse a lo bárbaro en la escuela: con los amigos, en medio de juegos, concursos de yoyo, show de payasos y más…
Porque eso no quedaba en simple diversión, también había que complacer uno que otro gusto culinario. Y es que bien dicen, barriga llena, corazón contento. ¿Quién no recuerda las mesas de la famosa kermés? Llenas de lo más delicioso y dulce del planeta.
Esa cantidad de postres que se podía comer el 30 de abril, porque ese día se valía de todo. Los antojitos: esos elotitos preparados con queso y chilito del que no pica, las tostaditas de pollo, taquitos dorados, chalupas.
Ese día era diferente porque sí se iba a la escuela pero en vez de un ambiente ordinario, todo era un enorme salón de fiestas, los salones y pasillos llenos de globos, canchas que albergaban juegos de destreza, concursos de baile, rifas, etcétera. Toda una verbena llena de felicidad y diversión.
Hoy, 30 de abril, a medio camino de la cuarentena y con el pretexto del Día del Niño, es el momento ideal para hacer una introspección, subirse al barco del pasado y desempolvar fotos, juguetes o memorias de esos días que quizá quedaron en las profundidades de la memoria pero que sirvieron para dibujar el presente y dibujar el futuro.
Ustedes, ¿qué es lo que más recuerdan de su infancia?