Comunidad
"Despertemos del sueño indiferente de la apatía y la resignación"
28 febrero Por: Fernanda Bretón
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Nos faltan Ximena, José Antonio, Francisco Javier y Josué Emanuel. Hoy recordamos en el Campus Central la ausencia de nuestros compañeros asesinados. Exigimos justicia y paz. Nuestro dolor es de todos. A continuación compartimos los mensajes a la comunidad pronunciados durante el acto de recuerdo, por nuestra compañera Itzel Montiel, alumna de la licenciatura en Relaciones Internacionales, y por el secretario general de nuestra institución, José Antonio Llergo Victoria.

Con el puño en alto, exijamos justicia. Mensaje estudiantil a toda la comunidad.

Hoy nos encontramos frente a una situación en la cual las palabras no son suficientes.  Puebla nos ha arrebatado el sueño,  y con ello la vida de muchos; esta semana sus muertes han llegado a nuestro nido.

Vivimos en una sociedad en la cual hemos normalizado la violencia, pareciera que hablamos al aire y este no nos responde; hoy nos encontramos con escritorios, consultorios, lugares en la mesa varios y quedan familias rotas, donde quedaron abrazos y caricias por dar.

En las últimas 72 horas nuestra alma se ha llenado de indignación, se ha cansado del constante miedo. Ayer fuimos partícipes y hoy testigos del alcance de la respuesta de la comunidad estudiantil.

Hemos presenciado el redoblar de nuestros pasos. Hemos escuchado el clamor de nuestra voz. Hemos reconocido rostros y miradas. No fuimos solamente una manifestación, fuimos el latir de un solo corazón.

Hoy no existe la institución. En México, la situación se nos ha salido de las manos,  le permitimos a la violencia apoderarse de nuestra vida. Esta no discrimina, no discrimina entre edad, genero, ni clase social.Ella nos obliga como comunidad universitaria a un llamado de acción.

Despertemos del sueño indiferente de la apatía y la resignación, que nos levante el compromiso de construir un México mejor.

Con el puño en alto, exijamos justicia. Exijamos respuestas concretas, porque no podemos olvidar a los que ya no tienen voz.

Itzel Montiel, Presidenta de la mesa directiva de Relaciones Internacionales

 

 

Para construir comunidad se necesita construir humanidad.

Queridos jóvenes, querida comunidad universitaria:

A nombre de nuestro Rector, me permito dirigirles un mensaje. Los recientes días han sido de una gran intensidad y estamos seguros que, de mucho dolor, aprendizajes, pero también de esperanza.

De mucho dolor pues hemos vivido la pérdida de cuatro jóvenes, dos de ellos miembros de nuestra comunidad universitaria. A través de esta tragedia muchos miembros de la comunidad han revivido las propias pérdidas y los momentos de frustración, dolor y rabia por la violencia que impera en nuestra sociedad.

El asesinato de Ximena, José Antonio, Francisco y Josué nos duele y nos conmueve. La presencia de sus padres el día lunes y el día de ayer, nos han permitido escuchar el justo reclamo de estas familias agraviadas, fracturadas y nos sacuden para entender que su muerte no puede ser en vano.

Son precisamente ustedes, los jóvenes universitarios los que con gran sensibilidad nos han dado una muestra de coraje, valentía y compromiso al salir a las calles a protestar por lo que es justo, por lo que no se puede regatear, la seguridad de todas y todos No son solo nuestros queridos estudiantes de las batas, somos todos: los universitarios, los conductores de taxis, los miembros de nuestras familias, los miembros de nuestra comunidad

Y son ustedes los que sacuden a esta sociedad adormecida e indiferente para gritarle que despierte, que no puede quedarse pasiva mientras sus hijos e hijas son lastimados, violentados y asesinados todos los días. Son ustedes los que han asumido el riesgo y la iniciativa y han sumado a otros para decirle a México, a sus autoridades y a toda la sociedad, que este despertar no lo para nadie y que nos debemos volcar a la acción para cambiar el estado de cosas que hoy prevalece.

En pocas horas ustedes han logrado ponerse en el primer plano con sus reclamos a nivel nacional, han movido a la acción a los Rectores de las principales Universidades de nuestro estado, el día de ayer han sido acompañados de nuestro Rector para decirle al Gobernador y a las autoridades responsables de la seguridad pública que es necesario hacer más, que lo que se ha hecho no es suficiente.

Han recuperado los espacios que legítimamente le corresponden a la sociedad para hacer patente que este estado de cosas solo se resuelve con la participación de todos y que los pasos a seguir serán en un primer momento, el planteamiento estructurado, consultivo y participativo de propuestas reales, audaces y contundentes para acabar con este cáncer que nos carcome y nos destruye.

El próximo jueves 5 de marzo habrá un nuevo encuentro entre los universitarios y las autoridades del estado para presentar estas propuestas y escuchar los compromisos formales de la autoridad y de las instituciones.

Pero nos hace falta al interior de la comunidad dar un paso más; nos hace falta reconstruir nuestro sentido de comunidad. No podemos seguir siendo ajenos a nuestros más cercanos. Para construir comunidad se necesita construir humanidad y para construir humanidad son necesarias cuatro cosas que hemos olvidado: Mirarnos, sonreírnos, acercarnos, y abrazarnos.

Mirarnos para conocernos y reconocernos, sonreírnos para empatizar, para sentir que me importas, acercarnos para vencer las barreras que nos hacen permanecer distantes, abrazarnos para mostrar cordialidad y afecto, y realmente ser esa comunidad fraterna y comprometida que tanto pregonamos y que hoy necesitamos más que nunca.

Esta comunidad en la que no soy una matrícula o un ID más, esa comunidad que está pendiente cuando no asistes a clases, cuando te sientes solo, cuando estás triste, cuando tienes problemas, eso es ser parte de una comunidad. Pero también esa comunidad en la que el respeto prevalece, en el uso del lenguaje, en las manifestaciones cotidianas, la que es constructora de paz. Pues el primer espacio en el que me debo sentir seguro, respetado y amado, después de mi casa y mi familia, debe ser la Universidad.

Hoy en nuestros salones de clases nos faltan Ximena, José Antonio, Francisco y no dejamos de tener presente a Josué Emanuel. Hagamos este homenaje para honrar su memoria, pero con la convicción de que vivirán en nuestros corazones y de que su muerte no habrá sido en vano.

José Antonio Llergo Victoria
Secretario General

 

 

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