Por: Daniela Hernández
Con la intención de mostrar las diferencias y similitudes entre la literatura mesoamericana y latinoamericana, El Dr. Nathaniel R. Racine, profesor invitado de la licenciatura en Humanidades y el Mtro. Alejandro Badillo, escritor y catedrático de la UPAEP, entablaron una mesa de diálogo titulada “Literatura mexicana y estadounidense, vasos comunicantes”.
A manera de contexto, el Dr. Nathaniel Racine, señaló que la literatura mexicana ha tenido un recorrido muy amplio gracias a las propuestas literarias de autores de diferentes países y que se nutrió gracias a los distintos estilos y formas.
Para finales del siglo XIX, ya existía una dependencia muy fuerte de las tendencias europeas por encima de las provenientes de nuestro vecino país del norte, y no fue sino hasta el siglo XX en que la narrativa latinoamericana empezó a tener auge dentro de México, lo mismo que la estadounidense.
Agregó que entre las primeras influencias se encuentran libros sobre el costumbrismo así como novelas románticas que principalmente eran modelos provenientes de Francia.
Por su parte, el Mtro. Alejandro Badillo destacó que la literatura estadounidense influenció a la latinoamericana principalmente en la nueva forma de hacer periodismo,
“Lo que intenta hacer la literatura mexicana es copiar o tratar de apropiarse de estos elementos del periodismo, es decir de olvidarse de los modelos donde importaba mucho más la forma que el fondo e ir directamente a contar, a través de su experiencia vital, lo que habían vivido en la Revolución Mexicana”, expresó.
En este mismo sentido, el profesor visitante, comentó que si bien la relación literaria entre ambos países se desarrolló a partir del Periodismo, existían muchas ideas que se contraponían políticamente, y esto se debía a que cada país mostraba su simpatía y su enfoque respecto a determinado tema.
Posterior a ello, dijo, con la aparición de Pedro Páramo y el Llano en Llamas se desarrolló lo que se conoce como revolución literaria, para después pasar con Carlos Fuentes, a través de sus narraciones, de una sociedad de campo a una sociedad de urbanismo”, añadió el profesor Badillo.
Finalmente, coincidieron en que la literatura, a pesar de las diferencias culturales y/o sociales, es útil para sembrar el interés en conocer otras culturas e impulsar el intercambio de ideas.