[Inversión tecnológica enfocada a la educación no ha dado resultados: experto.]
Con el surgimiento de las nuevas tecnologías que facilitan el acceso a la información, el Dr. Juan Cristóbal Cobo Romaní de la Fundación Ceibal de la Universidad de Oxford, comentó, en el marco del segundo Congreso Internacional de Innovación Educativa para la Formación Integral, que el mundo y la forma en que se percibe el conocimiento también se enfrentó a variaciones que cuestionan nuestra capacidad de adaptación.
“La prensa cambió y ahora está en nuestro bolsillo, las relaciones sociales también; en el turismo ahora conocemos un lugar antes de ir gracias Google; la relación de los ciudadanos con los gobiernos ya no es la misma, igual que la ciencia, y la pregunta que nos queda es ¿la educación también se transformó? Los cambios tecnológicos y nuestra capacidad de entendimiento no están en la misma rapidez. Un ejemplo de esto es la enorme inversión tecnológica enfocada a la educación que no ha dado los resultados esperados”.
Ante tal reflexión, el Dr. Cobo Romaní puntualizó que, en sus inicios, eran los usuarios quienes aprendían de la tecnología y ahora es la tecnología quien aprende de los usuarios con la cantidad de información personal que estos mismos brindan. “Cuando entramos a una plataforma como Netflix y vemos una película, entrenamos un algoritmo que sabe cuáles son nuestros gustos. Respondemos a un patrón de comportamiento”.
El Dr. Cobo agregó que en algún momento del año 2000 dejamos de usar la tecnología y empezamos a confiar en ella y en consecuencia a esto, se llegó al punto en que, actualmente, casi el 70 % de los estudiantes cree que lo ve en clase lo puede aprender de YouTube, por lo que cambió la forma de distribuir el conocimiento; sin embargo, las clases que se imparten a cualquier nivel educativo siguen desarrollándose de la misma manera que hace 50 años.
“La pedagogía es importante y nadie está en contra de ella, pero no es solamente teniendo un docente que se construyen experiencias pedagógicas para facilitar el aprendizaje, sino que debe pensarse en un aprendizaje más autodirigido, donde una persona desarrolle el placer por querer aprender”, comentó y señaló que también deben tomarse en cuenta tres elementos: el contenedor que puede ser un pizarrón, una libreta, libro; el contenido, que ahora está por todos lados; y los contextos, que son las experiencias de aprendizaje.
Como alternativa educativa, ante la posibilidad de que la información quede obsoleta debido a la rapidez digital, el exponente aseguró que existen elementos que pueden responder a la demanda de una forma innovadora de transmitir conocimientos, un ejemplo de esto, asegura el Dr. Cobo, son los memes.
“Los memes son una manera muy representativa de cómo el conocimiento se construye de manera social y cómo podemos usar las redes no solo para enviar mensajes políticos, sino para pensar en algo que nos interesa y nos parece mucho más relevante. Usar estos nuevos lenguajes, y ponerlos al servicio del aprendizaje, genera un desafío que consiste en transitar del alfabetismo digital, como una habilidad única, y descomponerla en un mapa de competencias que son mucho más específicas”, concluyó.