El 5 de mayo representa una de las fechas más importantes para los poblanos, pero también es una de las más esperadas festividades en los Estados Unidos, pero realmente ¿por qué lo festejan? y ¿cuáles fueron las consecuencias de esta batalla de 1862?
La Batalla del 5 de Mayo, es uno de los sucesos que para México tiene una gran implicación en la historia subsecuente a 1862, sin lugar a duda marca un antes y un después en el desarrollo político de la nación, así lo explicó Juan Louvier Calderón, Profesor Investigador de la Facultad de Humanidades de la UPAEP.
Haciendo referencia al artículo publicado por el Cónsul General de México en Nueva York, Jorge Islas, en el cual expresa que el 5 de Mayo es una de las fechas más notables de la comunidad migrante, ya que se festeja la mexicanidad, es importante hacer una puntualización y es que le faltó comentar un detalle muy significativo, ya que previo al mandato de Donald Trump, esta fecha también se celebraba de forma especial en la Casa Blanca y esto tiene un contexto del porqué no solo los migrantes sino también el gobierno de los Estados Unidos festejan esta fecha.
Para poder explicar lo anterior, es importante hacer referencia al contexto histórico irrefutable. El 5 de mayo de 1862, un cuerpo expedicionario del ejército francés compuesto por 6 mil hombres deseaba tomar la Ciudad de Puebla, para luego hacerlo con la Capital de la República, fue rechazado en su intento.
“Debemos analizar en primer lugar la razón de la llegada de los franceses y ellos supuestamente venían a cobrar una deuda, digo supuestamente porque ese fue el pretexto abierto que se dio cuando el gobierno de Benito Juárez se declaró en suspensión de pagos de la deuda externa y por lo tanto sus acreedores Francia, Inglaterra y España forman un ejército tripartita que desembarca en Veracruz para exigir su pago; el gobierno mexicano logra una negociación concretada en los Tratados de la Soledad, se retiran las tropas inglesas y españolas, pero no así los franceses”, explicó.
Los franceses tenían otras instrucciones y no solamente no regresa, sino que deciden avanzar para tomar la capital, esta actitud se debía a que Napoleón III deseaba establecer un gobierno que con la ayuda de Francia impidiera que los Estados Unidos gobernaran el continente y fueran los que controlaran las materias primas de América para el viejo continente.
“Este primer intento se ve frustrado el día 5, pero es importante señalar que este cuerpo expedicionario es rechazado mas no vencido; y se retira hacia la zona de Veracruz; es cerca del cerro del Borrego que se da otro enfrentamiento y aquí las tropas mexicanas son derrotadas. Posterior a ello Napoleón III envía un refuerzo de tropas en número de 15 mil comandadas por el General Frédéric Forey quien para mayo de 1863 sitia la Ciudad de Puebla y posteriormente tomó la Ciudad de México”, narró el investigador.
Es por todo este contexto que se puede decir que la Batalla de Puebla es el preámbulo del denominado II Imperio encabezado por Maximiliano de Habsburgo.
Pero, ¿por qué se festeja la Batalla del 5 de mayo en los Estados Unidos?, en México lo que imperaba en ese momento y lo que también estaba en juego era la Doctrina Monroe, la cual fue asumida en 1823 por los Estados Unidos y se puede resumir en la frase “América para los americanos”. Esta consistía en considerar cualquier intervención europea en los países americanos como un agravio directo a Estados Unidos y por lo tanto, ameritaría una respuesta inmediata y contundente.
Sin embargo, en ese momento Washington no podía hacer efectiva la Doctrina Monroe porque se encontraban sumergidos en la Guerra de Secesión, esto le impedía hacer respetar dicho mandato, por ello es que los Estados Unidos festejan este día, porque el ejército mexicano hizo valer la Doctrina Monroe.
Si bien, hoy la comunidad latina le da otro sentido como lo explica el Cónsul, no se puede dejar de lado el trasfondo real de este festejo para el Gobierno Americano. Para los mexicanos este también representa un día significativo ya que se detuvo un primer intento de la intervención francesa y también marca el preámbulo de la llegada de Maximiliano de Habsburgo en lo que se conoce como el II Imperio.
