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La desigualdad de la educación en Iberoamérica, una realidad que ha mostrado la pandemia
22 mayo Por: Fernanda Bretón
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El Decanato de Artes y Humanidades a través de un foro de discusión con el Secretario General de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura analizó el papel y retos de la educación frente a la pandemia por COVID-19.

La Contingencia sanitaria ha producido una serie de retos educativos inéditos a nivel mundial, las instituciones de todos los niveles en los distintos países de Iberoamérica han realizado esfuerzos importantes para proveer de sus servicios a los estudiantes de manera virtual

Sin embargo, los contextos de enormes desigualdades en Latinoamérica han generado nuevas problemáticas y desafíos que priorizan la necesidad de producir conocimiento sobre lo que está ocurriendo en la región, en particular sobre los efectos inmediatos y a largo plazo sobre los terrenos pedagógico y personal de profesores y estudiantes ante el confinamiento sanitario, reconoció Mariano Jabonero, Secretario General de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura.

“180 millones de niños, niñas y jóvenes de nuestra región, salieron de las aulas y están en sus casas, de éstos, 30 millones son estudiantes de educación superior, esto supone un escenario educativo distinto e insólito”, expresó

Lo que se ha descubierto durante este proceso es que la situación de desigualdad en nuestra región es muy grave, si bien se tenía conocimiento teórico de ello, la pandemia lo ha hecho tangible, de esos 180 millones de estudiantes sólo el 60% tiene acceso a la conectividad en línea

“Llevamos 20 año de inserción, de generar políticas públicas de las que se llaman de 1+1 un computador por alumno, pero resulta que un 40% no tiene eso”, comentó el Secretario General de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura.

Según las estadísticas mencionadas por Mariano Jabonero, la cantidad de estudiantes universitarios en la región ha sido la más alta en la historia con una oferta de casi 3 mil instituciones de educación superior. De estos 30 millones, el 70% son provenientes de una nueva clase media que ha salido de la pobreza y ha confiado que a través de la educación superior sus hijos tendrán un mejor futuro

Ante ello, se puede inferir que la educación superior está atendiendo a una población en la que jamás en sus familias hubo ninguna persona que pisó un aula universitaria, lo que genera una expectativa muy fuerte y una posibilidad de frustración muy importante.

Quien también fuera en sus inicios maestro de escuela rural sostuvo que ante la respuesta que la educación ha dado a la contingencia por COVID-19 se ha pasado de un sistema fundamentalmente presencial y con una parte de educación a distancia a un sistema en el que la garantía de calidad va a ser híbrida, es decir que haya una educación presencial imprescindible y a distancia necesaria. Este modelo no sustituye al anterior, pero abre muchísimas oportunidades de aprendizaje, ya que genera un elemento de calidad, universalización y equidad.

“La enseñanza adquirida durante esta crisis tanto en educación básica como en la superior es que debemos apostar en un modelo híbrido en el que todos los alumnos compartan la doble oferta presencial y a distancia”, infirió.

Esta crisis que ha puesto de manifiesto la desigualdad en el sector educativo también abre una oportunidad para alcanzar a un mayor número de personas y no sólo concentrarse en los colectivos cautivos que están en el ámbito cómodo de la institución, aseguró el especialista.

Otra de las oportunidades que la pandemia ha traído consigo, aseveró es el aprender y enseñar en una era digital, por lo que es fundamental rediseñar los mundos de trabajo bajo ese contexto, lo que involucra la capacitación a los profesores en recursos digitales.

“Hay millones de docentes que no recurren a sistemas de competencia digital y que en este momento sus alumnos usan y viven todos los días en una sociedad digital y hay que insistir al docente de entrar en este mundo”.

Salir de la crisis generada por la pandemia solo podrá hacerse de manera conjunta entre los distintos actores de la sociedad, “debemos de ser conscientes que esta nueva cotidianidad nos presentará nuevos retos y aquí el papel de la educación superior ante la pandemia es muy importante, puesto que está aportando mucho en el desarrollo social, económico y político, en conclusión, es un motor del cambio”, reiteró.







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