[La Universidad no debe convertirse en un esquema mecanicista de producción de títulos.]
¿Qué significa la educación y la apuesta por la calidad en el ámbito de la ciudadanía? fue la primicia del comentario que el Dr. Emilio José Baños Ardavín, Rector de la UPAEP emitió durante su colaboración con el comunicador Fernando Canales Fernández.
El Rector, hizo referencia a las reflexiones que se emitieron durante el panel de Rectores que se llevó a cabo en la UPAEP, en el cual participaron el Dr. Alfonso Esparza de la BUAP y el Dr. Santiago García, Rector de la Universidad Panamericana Campus México, así como las conclusiones de la LXXVI Asamblea de FIMPES (Federación de Instituciones Mexicanas Particulares de Educación Superior).
“Nos damos cuenta que el puro saber no basta y eso está más que evidenciado en este siglo; la competencia involucra actitudes y disposiciones éticas e incluso políticas; esta toma de conciencia ha impactado en el rediseño curricular de nuestros planes y programas de estudio y en las actividades formativas complementarias para que los chavos sean protagonistas”.
Ante esto, mencionó que es fundamental resignificar en lugar de eliminar el concepto de calidad basándose en tres puntos.
1. La educación de calidad es un derecho ciudadano, la educación dice la Declaración Universal de los Derechos Humanos, tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana, de ahí que una pretendida educación que no fuera de calidad y pusiera en riesgo el desarrollo pleno de la persona, pudiera ser calificada de discriminación, porque anula o menoscaba derechos y libertades.
“Desde esta óptica, podemos sopesar la estrecha relación que hay entre la promoción, protección, respeto y garantía de los Derechos Humanos y su interdependencia con la educación de calidad, (…) solo una educación de calidad es una vía eficaz y real para construir ciudadanía”.
2. La ciudadanía de calidad, es a la par prerrequisito y fin de la democracia.
Explicó que la ciudadanía es un atributo exigente, implica ciertamente la conciencia de deberes y derechos, pero implica fundamentalmente la apuesta en práctica de ciertas virtudes sociales que generan el tejido social, que permiten el diálogo y la toma de decisiones, que hacen posible la esperanza de un bien común en un horizonte en el tiempo.
“La democracia sigue siendo hoy por hoy el mejor vehículo para el desarrollo de ciudadanía. Visto así la democracia tiene la ciudadanía de calidad como su fin primario e intransferible”.
3. La democracia de calidad es un deber ineludible y una responsabilidad histórica.
Enfatizó que hoy asistimos a una suerte de hastío democrático y sus efectos actuales tanto a nivel nacional e internacional pueden hacer dudar a más de uno sobre la democracia como una configuración social justa; “las críticas al régimen democrático son implícitamente críticas a la ciudadanía que nosotros mismos hemos ayudado a fraguar en nuestras instituciones y a su vez la cualidad ciudadana en este México del S. XXI nos lleva a una constatación que considero fundamental, no es ni será en las urnas donde se juegue el futuro, sino en las aulas”.
Finalmente, reiteró que la Universidad debe conectar con las demandas y realidades sociales; “aquellas que no son sensibles a lo que acontece en su entorno inmediato, pierde su razón de ser y se vuelve simplemente un esquema mecanicista de producción de títulos, pero sin ser pertinente a lo que la sociedad requiere y lo que supone una formación de ciudadanía”.
Campus
La Educación de Calidad forma ciudadanos que promueven la democracia
04 noviembre Por: Fernanda Bretón