[San Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco, claras muestras de agentes de cambio.]
En el marco del 6to. Encuentro de Prácticas Docentes que realizó la UPAEP, el Lic. Andrés Beltramo Álvarez, Corresponsal Vaticanista, dictó una conferencia cuyo eje central fue el liderazgo transformador del Santo Padre.
El preguntarse si el Papa puede ejercer un liderazgo transformador, sugiere ser una pregunta retórica, mencionó el también egresado en Ciencias de la Comunicación por la UPAEP, ya que hablamos de un personaje que se reconoce como un líder; la pregunta debería ser qué podemos aprender de la figura del Santo Padre.
“El liderazgo es un fenómeno que está presente en los diferentes ámbitos de las sociedad y también responde a una especie de contrato que las comunidades tienen (…)parte de uno de los ejes principales de este contrato en la época antigua era el factor religioso; mirando hacia atrás unos 50 años nos daremos cuenta que se ha perdido la interpretación de la concepción de este factor en la denominación del liderazgo; esto tiene que ver con cuál es el valor que la humanidad le ofrece a un personaje como el Papa o a otros líderes religiosos”.
Esto, nos lleva a preguntarnos si es posible aprender de un Papa en el liderazgo y no solamente desde el punto de vista teológico.
“Hoy vivimos en un mundo en donde los puntos focales no son las autoridades históricamente establecidos, sino las opiniones individuales que se van abriendo espacio en un mundo digital y en un mundo de opiniones donde todo vale prácticamente lo mismo”.
Destacó que un momento que marcó la historia de la Iglesia y que a su vez deja un precedente de liderazgo es la renuncia del Papa Benedicto XVI.
“Dentro de la Iglesia era prácticamente inconcebible la renuncia del Papa, pero también desde fuera, en el mundo civil quien tiene el poder lo ejerce absolutamente hasta cuando puede y si se puede perpetuar mejor; la posibilidad dentro de ese liderazgo político de considerar que el proyecto que uno está llevando acabo es finito, choca directamente contra los liderazgos absolutistas que cada tanto en la historia vuelven a plantearse como las respuestas a las necesidades de los pueblos”.
Aseveró que lo que el Papa Benedicto XVI nos dejó es que el liderazgo no siempre es activo, “muchas veces el liderazgo transformador es pasivo”
Destacó que el desafío de quienes hoy entran a las aulas es el reto de aquellos que jamás han sentido el silencio, en sus casas, preparatorias, secundarias, en sus escuelas; el silencio parece que nos pone delante de nuestras miserias más profundas, parece un fantasma; por lo que es interesante el poder aplicar esta herramienta para poder tener una claridad en nuestras ideas.
Añadió que la humildad es otra de las características de los Papas que podemos aplicar en el liderazgo, pero no vista desde la concepción de debilidad, sino desde la capacidad de defender lo que uno cree sin necesidad de imponer o resistir al otro.
“Los buenos líderes saben sacrificarse y saben cuando hacerlo, como el poder ejerce una enorme atracción, el liderazgo muchas veces es envidiado, sin embrago el buen liderazgo requiere renuncias, sacrificios y superar miedos”.
Indicó que uno de los puntos principales del Pontificado de Juan Pablo II fue buscar la cercanía con la gente, el liderazgo del Papa polaco fue fundamental. “Juan Pablo II era un hombre enérgico, que sabía conducir, que se sabía en poder ante una parafernalia que normalmente tiende a que se cumplan los protocolos.”
Finalmente, puntualizó que Francisco ha buscado ejercer su liderazgo de manera muy cercana a la comunidad eclesiástica; y una de sus primicias es evitar el victimismo, ya que éste tiene la capacidad de hacer sentir al alma consolada, pero en realidad está ajena de su esencia más profunda que es la de la propia aceptación.
Campus
Los Papados, ejemplos de liderazgo transformador
03 junio Por: Fernanda Bretón