[Un cristiano en la vida pública, obra que describe a un hombre que hacía compatibles su conciencia y responsabilidades políticas]
Ante un foro donde se encontraban representantes del mundo empresarial, educativo, líderes sociales del estado así como la Comunidad Universitaria UPAEP, se llevó a cabo la presentación del libro Un cristiano en la Vida Pública: Carlos María Abascal Carranza.
Hombre comprometido con los valores, la congruencia y que hacía compatibles su conciencia y responsabilidades políticas es como la Dra. María Luisa Aspe Armella describe a Carlos Abascal Carranza en su última obra literaria del género biográfico.
La autora se cuestiona ¿cómo es que se generó el liderazgo católico de Abascal?, ¿cómo se concretó en la defensa de valores ciudadanos de cuño democrático siendo funcionario público, cuando hacía no muchos años escribiera una tesis en la que no reconocía un solo aporte a la democracia?, ¿cómo se forjó el funcionario público ejemplar en un contexto católico peculiar en el que la opción política militante estaba vedada para un creyente, hijo fiel de la Iglesia?
En este sentido, Aspe Armella, comenta que vale la pena voltear al pasado reciente y preguntarnos por aquellos que han dejado huella, y uno de ellos es Carlos Abascal Carranza.
“Vale la pena indagar en su vida y en sus distintas facetas de católico, hombre de familia, líder empresarial, funcionario público, mexicano excepcional”.
Por su parte, Rodrigo Abacal Olascoaga, Presidente de la Fundación Carlos María Abascal Carranza destacó que esta obra es una historia de amor, de amor a Dios, a su madre y a México.
“Me llena de alegría el traer por primera vez la biografía de Carlos Abascal a una Universidad, pues son espacios privilegiados dedicados a nutrir el espíritu de las personas para su desarrollo integral y para que puedan cumplir con su vocación social. Son espacios en los que se fomenta el amor al saber, se vence la ignorancia y se trabaja principalmente con los jóvenes, futuro de México y del mundo”.
Mencionó que su padre dedicó el final de su vida a formar jóvenes para Dios y para México, pues vivó personalmente el esfuerzo del estudio y del conocimiento de la verdad y estudió hasta el último día de su vida.
“Tal fervor por el saber y su profunda religiosidad lo llevaron a ser un hombre ejemplar en la vida de pública de nuestro país, pues era consiente de que si el saber no fructifica se muere”.
Añadió que todos aquellos que conocieron a su padre dan testimonio de la congruencia, constancia y eficacia de un político católico que amó profundamente a México y que dejó para todos una forma diferente de hacer política y construir el bien común.
Comentó que esta biografía debe de ser una invitación para la acción; de igual forma mencionó que ante el contexto económico y político actual, Don Carlos insistiría en la urgencia de formar ciudadanía, recuperar la confianza en las instituciones e incrementar la subjetividad social, es decir, la capacidad de todos los ciudadanos para definir el rumbo y destino de nuestra nación.
“Debemos y podemos formar las nuevas generaciones de jóvenes y niños políticos quienes con su entusiasmo y creatividad nos ayudan a construir con mayor claridad el México justo, libre, próspero y más humano que todos deseamos, poniendo como centro sujeto y fin de la política, las leyes, de las instituciones y de toda forma de organización a las personas”.
El Presidente de la Fundación Carlos María Abascal Carranza, añadió que el reto de la actual generación es que México debe constituirse en un estado fuerte, sólido y seguro, con leyes, políticas y prácticas que abonen a la construcción del bien común, que privilegie la educación, la vida digna, la igualdad de inclusión social, la seguridad física y jurídica de todos los mexicanos.
“Asumamos hoy los costos que sean necesarios para no transmitírselos a nuestros hijos, es posible luchar por ello, es viable la causa de trabajar por un México mejor, más digno, próspero, justo y más cercano a Dios. Don Carlos Abascal nos demostró en su vida que es posible servir eficazmente a México y al mismo tiempo llevar sus convicciones a la política y a todos los ámbitos de sus vida teniendo a Dios como centro de su actuar personal”.
Por su parte, el Mtro. Rodrigo Iván Cortés, miembro de la Fundación Carlos María Abascal Carranza, mencionó que ante los tiempos de incertidumbre que se viven y ante ellos se requieren ciertos referentes, recalcó que en su caso personal para él y para varios, Don Carlos Abascal fue un referente positivo.
“Fue una luz muy puntual en tiempos de incertidumbre, me encantaría tenerlo a la mano para poder preguntarle cuestiones que nos aquejan”.
El Mtro. Cortés narró que cuando conoció a Carlos Abascal se dio cuenta de que era un líder social que tenía algo más allá de lo normal, algo que de manera clásica denominamos carisma.
“Ese algo no era algo que llega a deslumbrar a los otros, sino más bien buscaba impulsar a las personas, es decir este tipo de liderazgos que no se encumbran pisoteando a los demás, sino los que llegan a tener un rol tan positivo que sacan lo mejor de los demás”.
Señaló que Don Carlos contaba con un corazón muy vivo y que lideraba par hacer el bien, no sólo era un hombre de ideas o ideales, tenía la peculiaridad de se consecuente con esas ideas y de esforzarse por seguir esos ideales de manera congruente en su familia y en sus responsabilidades políticas.
El Mtro. Cortés agregó que Carlos Abascal murió como vivió con alegría, con entereza, con un gran amor por Dios y por el prójimo, de cara a la trascendencia, es por ello que encontraba el más pleno significado al instante que le tocaba vivir ya fuera como padre, como esposo o como personaje de relevancia pública.
Destacó que atender la coyuntura concreta con todas sus especificidades y lograr ver en ella la trascendencia, esa mezcla lo convirtió no en un soñador fatuo que construye castillos en el aire, sino que lo hizo un realista con esperanza que nos dejó obras de humanismo práctico que le ayudó a ser realmente eficaz en aquello que emprendía.
El Mtro. Antonio Sánchez Díaz de Rivera, Director General de Vinculación UPAEP, mencionó que el respeto y la dignidad de la persona fueron una constante en la vida empresarial y política de Carlos Abascal.
“Cumplir cabalmente con lo que prometía es una de las características que tenía Carlos”.
Señaló que Carlos Abascal acababa siendo respetado por su capacidad, su formación y su congruencia, por más ataques que se le propinaban; al tener argumentos terminaba teniendo el respeto de todos, “eso es interesantísimo porque no cualquiera lo puede hacer”.