[Presbítero egresado de la UPAEP relata cómo es la situación real en su país.]
Con la intención de poner en contexto a la comunidad universitaria sobre la situación actual de Venezuela, la Dirección de Formación, Cultura y Liderazgo, presentó el panel titulado “Venezuela, un llamado a la solidaridad”, donde la Fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada y egresados de esta Institución, presentaron la realidad social, cultural y económica de este país de Latinoamérica.
En este diálogo, participaron el Pbro. Pablo Carbajal Ramos de la Arquidiócesis de Puebla, el Pbro. Jesús de la Arquidiócesis en Trujillo en Venezuela; el Arq. José Antonio Escaleras Espinosa, Secretario de la Junta de Gobierno de la UPAEP y su esposa la Lic. Ana Cristina Quintana, egresada de esta Institución.
Para iniciar la charla, el Arq. José Antonio Escalera, comentó a los asistentes, que él junto con su esposa, viajaron al país del sur los días 3 al 9 de octubre a invitación del Padre Pablo Carbajal, donde llevaría a cabo una ordenación sacerdotal.
Motivados por acompañar a la Iglesia católica de Venezuela y con la intención de ayudar a los venezolanos, fueron a conocer en carne viva la situación en que la gente se encuentra.
Previo a su viaje y debido a la relación entre las Arquidiócesis de Trujillo y Puebla, la pareja egresada de la UPAEP, inició una colecta de medicamentos, artículos de higiene personal, ropa y libros, y a través de la Fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada, se lanzó una colecta electrónica que se llamó “Dólar por Venezuela”, a través de la cual lograron recaudar 7 mil 500 dólares en menos de tres semanas.
Debido al éxito, tuvieron que cerrar la campaña antes de lo planeado, pues no sabían qué iba a pasar con el dinero cuando llegaran a Venezuela, afortunadamente y pese a los 20 retenes que encontraron en el camino luego de pasar la revisión en el aeropuerto en Venezuela, llegaron sin problema a la comunidad de Trujillo, población similar en características a lugares como Cuetzalan o Zacatlán.
“La seguridad está a cargo de los militares, pero éstos cuidan al Régimen no a la sociedad. El retén está al pendiente que por ejemplo, una camioneta no pase lechugas de Caracas a Trujillo, porque en teoría cada población es responsable de sus productos. Se vive la inseguridad a flor de piel, de hecho no podíamos caminar solos, es triste ver familias completamente desintegradas, pues mucha gente ha tenido que migrar a los países vecinos para poder mandar dinero a sus familiares en Venezuela”, relató el Arq. José Antonio Escalera.
“Una persona mayor nos insistió que fuéramos a tomar café, pues estaba sola, no sabía dónde estaban sus hijos y no tenía modo de comunicarse con ellos pues el servicio de telefonía es muy caro, los de luz e internet deficientes, pues éste último depende de la hora, del clima y de que no se vaya la luz”, agregó la Lic. Cristina Quintana.
Por su parte, el Pbro. Jesús, quien también es egresado de la Facultad de Psicología de esta Institución, compartió con la comunidad estudiantil, el proceso en cómo desde el gobierno de Chávez el país fue hundiéndose a través de medidas como la militarización, la expropiación de los servicios básicos y el control del cambio de divisas.
“Aunado a la crisis política y económica, la situación se está extendiendo a las escuelas y centros de salud. Ya no hay profesionales porque el joven promedio que gana el sueldo mínimo que son 800 bolívares, que equivalen a 6 dólares al mes o 120 pesos, están huyendo del país, se van a Chile, Argentina a ejercer su profesión porque cómo mantienes a tu familia, cómo haces para movilizarte si tu carro se daña y no te alcanza para la reparación, prácticamente el transporte público en Venezuela ha desaparecido”, destacó.
Pese a estas condiciones, agregó, la Arquidiócesis apuesta en que la solución no está en salir del país, sino luchar para sacar adelante a la patria venezolana.
“Mi experiencia como sacerdote en esta comunidad es de animar y ayudar a generar espacios nuevos de generosidad. Y eso lo estamos haciendo a través de Caritas en hospitales”, un día a la semana cada parroquia lleva comida a las personas hospitalizadas”, señaló.
Lo anterior porque el sector salud en Venezuela, también en manos del gobierno, dejó de proveer de alimentación a los enfermos, incluso les ha privado el medicamento. Los familiares de la gente en los hospitales deben asumir dicho gasto, lo que representa un problema pues no se encuentran tan fácilmente por ejemplo, antibióticos, insulina o tratamiento para el cáncer, costos que los familiares ya no pueden sustentar.
“Nuestra labor como iglesia a través de Caritas es ayudar a quien está más necesitado que nosotros”, finalizó el Párroco de Trujillo, Venezuela.