[Los dos atributos se relacionan y se complementan, pero no se incluyen recíprocamente.]
“Los gobiernos democráticos, después de su éxito al final del siglo pasado, no atraviesan su mejor momento. En numerosos países reproducen fallas institucionales y tentaciones políticas de los pasados regímenes autoritarios, parecen estar o están rebasados por demandas, problemas y cambios sociales en turno, muestran incapacidad para conducir y coordinar la acción colectiva de sus sociedades complejas” manifestó el Dr. Luis Aguilar Villanueva durante su conferencia ‘Legitimidad y eficiencia directiva: los principios del gobernar democrático’ como parte del VI Congreso Internacional de Ciencias Políticas.
En ese sentido, explicó que las instituciones de la democracia resuelven preguntas acerca de legitimidad de los gobernantes; sin embargo, no se ha encontrado una respuesta convincente sobre la eficacia de los mismos debido a que implica normas jurídicas, de conocimiento, así como técnicas.
“No hay duda de que el gobierno democrático tiene derecho pleno de decidir sus planes, políticas, inversiones y programas, pero son numerosas las evidencias de que el derecho a decidir no es equivalente a la idoneidad y efectividad directiva de las decisiones adoptadas, a la calidad analítica y técnica de sus decisiones, puesto que legitimidad directiva y efectividad son dos atributos diferentes del gobernar y corresponden a dos lógicas diferentes de acción: la racionalidad conforme a valores, y a fines”, señaló el Dr. Aguilar.
Asimismo, expresó que los dos atributos se relacionan además de complementarse, pero no se incluyen recíprocamente. “La eficacia gubernativa implica sin más la legitimidad, pero la legitimidad no implica sin más la eficacia. Sin legitimidad política, el gobierno no puede ser eficaz, pues se enfrentará naturalmente al rechazo de la sociedad que desconoce su derecho a gobernarla y su obligación a obedecer”, acotó.
“La condición fundamental de la efectividad es sin duda la legitimidad, la legalidad del cargo y la actuación del gobernante es condición absolutamente necesaria e indispensable, pero insuficiente, pues la actuación costo-efectiva, costo-eficiente implica causalidad que se basa en el conocimiento racional, particularmente científico tecnológico que es básico en la definición e implementación de las políticas públicas, en la gestión de finanzas públicas, y en la administración pública, particularmente en la provisión de bienes y servicios públicos a los ciudadanos”, mencionó.
Finalmente, reconoció que la exigencia sobre conocimiento ha crecido en los gobiernos de los Estados sociales, los de bienestar, al igual de los de desarrollo social debido a que han incluido en su constitución derechos de los ciudadanos acerca de provisión de bienes y servicios de varios tipos y magnitud. “La exigencia de conocimiento aumenta en la medida que existe o crece la precariedad de la sociedad y por ende, su dependencia del Estado-Gobierno como su único factor de apoyo”.
“En algunas sociedades o sectores de una sociedad, en lugar de la dependencia y precariedad, ha crecido la interdependencia entre gobierno y sociedad que modifica el proceso de gobernar: la gobernanza pública; está en proceso de formación y acreditación mundial la nueva gobernanza” añadió durante su participación.