Alas de la Memoria es un espacio de creación literaria de la Facultad de Humanidades a cargo del profesor Noé Blancas.
Por: David Sánchez Sánchez
[Paul Ekman (1983) propuso patrones para seis emociones esenciales que parecen ser biológicamente básicas y universales en todas las culturas: miedo, tristeza, sorpresa, ira, asco, alegría-felicidad].
1. MIEDO: Del miedo al olvido
Río de olvido
¿Recuerdas la frase? “No me regales flores
en un día lluvioso”, añadiste.
Cuando las campanas sonaron en alto,
persiguieron corazones de almas dormidas.
“Yo te quiero”. ¡Despertad, despertad, decidme algo!
Tu cruz la soporto en mis hombros,
al igual que la madera de tu cuna,
que te miró forjada en la tarde
donde me salpicaron las locuras.
Porque tus labios son dos losas
que me impiden la salida,
quizás para que entierre los oídos
y dejarme solo en la vida.
De tus ramas fueron los amores,
sarmientos de pasiones,
ansiados por hoy día.
Son finitos, clausurados.
Pero tierra entierra.
¿No sientes mi piel?
¡Que florezca ya la cepa!
Hunde mi clavel.
¡Vadea el río!
Recuerda... luego olvidas.
No lo cruces,
vuelve, vida.
Pero cruzaste amor;
hundida;
secada;
perdida dama;
vuelve;
por mí;
ya te perdí;
¡No!
no,
regresa...
2. TRISTEZA: De la tristeza de una tarde
Sin título
Violenta la tarde se ha vuelto.
Olas rasantes tintadas.
Olores de tinta preñados.
Rastrojos firmes en loza.
Cachorros opacos.
Interlíneas transformadas.
¡Qué triste la tarde se ha vuelto!
3. SORPRESA: De la sorpresa de un reencuentro.
Colección de suspiros
Si quieres, y si tu corazón se aguanta en un suspiro,
de tal bello elemento que lo llena por alguien,
no es por rencor ni el odio, no por menos la amargura,
sino la frágil hermosura de un instante, un momento.
Si nace instante en un ahora,
y no haces lo que pensabas que harías,
luego sentirás no haber sido un pasado,
pues serías y no fuiste la que debía ser será.
Si sientes un ardor sin esperar la que debe ser la llama,
de tal lucero al Sol forjado que la aviva el deseo,
no desprecies el brillo, la chispa o su destello,
pues es ardor por su lumbre, su lumbre por el clamor, el clamor cuando te veo.
4. IRA: De la ira, del enfado muy grande y violento por la incomprensión de la pérdida de una vida
El campanario
En lo alto del campanario hay una niña pensando
de dónde vienen las risas,
de dónde el llanto.
En la puerta de la Iglesia
hay un pobre mendigando,
pensando en la niña que nunca tuvo,
niña que no fue, provoca su llanto.
Dentro de la sacristía
hay un cura huyendo de la ira, rezando,
¿por qué debe de haber pobres?
¿Por qué hay niñas que desde campanarios se han arrojado?
5. ASCO: Del asco de un amor al creerse ya condenado a muerte para salvar su pureza
Camino del patíbulo
Sabes a inocencia, y aunque mirada tienes de conocer triste los días,
sé que reír tú sabes más que nadie, pues es ese sabor quien te cría.
Y tu gesto serio me hiere creyendo caer por almena
de un castillo a miel teñido que por llamas me condena.
Asco tengo de ser paladín sin fortaleza, sin sabor, sin saber, con gesto serio,
que destierra el camino que no cubren los sueños.
Paladín que ya no podrá decir que oler tu inocencia pueda,
pues quedará pronto sin mirada, ni miel. Solo pena.
6. ALEGRÍA: De la alegría frente a un infortunio
Pandemia
En la cima de una calle el abrazo sonoro gimió de pena.
Recién despedido se cruzó por sorpresa con las bolsas de la compra de Teresa.
Y al levantar la vista, la comida rodó por los suelos mientras algo le decía.
Yo estaba allí, y afirmo que el pan se empapó de lágrimas, pero ella estaba serena.
Sólo un sueldo desde entonces, limpiando el suelo en un trabajo que no cesa.
“Mi niño, si llega el hambre, viviré de tu cariño”. Eran felices, y el dinero lo sabía.