Alas de la Memoria es un espacio de creación literaria de la Facultad de Humanidades a cargo del profesor Noé Blancas.
Por: David Sánchez Sánchez
XX
Era un río navegable y tú sólo un tronco carcomido
depositado en una orilla, lento y ronco ser caído.
Lleno de barro, las noches no eran más bellas que los días,
y hasta los golpes de herrero de las piedras arrastradas
que azotaban tus cortezas, eran caricias, sutilezas que agradecías.
Contra tu voluntad no te descomponías por la dulce agua de tus costados,
por lo que tampoco pudiste ser quemado en un fuego liberador,
que lejos de ser vengativo, lejos de vengador, habría sido bien hallado.
Un día inesperado el peso de la lluvia dejó de lado la tierra,
alejando tu cuerpo del ataúd encharcado desde donde habías maldecido,
el bosque, la fuente, las ramas, las orillas... la pena.
Aprendiste a nadar como muchas otras maderas, navegar.
Casi de ti adivinaba la sonrisa tallada entre tus arrugas,
al sentirte capitán de un barco tosco, sin escuadrar, pero al fin libre.