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¡Siempre presente!
26 octubre Por: Fernanda Bretón
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El pensamiento de Su Santidad San Juan Pablo II ha estado presente y se hace vida en la UPAEP.

En el marco de las festividades de San Juan Pablo II vale la pena hacer memoria de los distintos momentos en que la UPAEP no sólo ha reconocido a uno de los personajes más icónicos del siglo pasado, sino que ha llevado a la vida parte de su pensamiento, de tal forma que Su Santidad siempre esté presente y sea recordado como el Papa de los jóvenes.

“Todos estamos hechos para la santidad”, es una de esas frases que parecieran ser cliché, pero que están llenas de verdad, a pesar de que el camino para alcanzarla tampoco es sencillo y San Juan Pablo II es una clara muestra de ello.

A Karol Józef Wojtyła le toca nacer y crecer en un tiempo que requería de liderazgo, de hombres fuertes que prestaran frente a uno de los momentos más dolorosos para la humanidad: “Las Guerras Mundiales”.

Inicia su pontificado el 22 de octubre, fecha que hoy coincide con su fiesta y celebración como santo.

“La unión que la universidad pudo tener con San Juan Pablo II fue bajo distintos aspectos y estos los podemos notar desde el inicio de su pontificado en 1978 a sus 58 años de edad”, indicó Carlos Castro Mendoza, Responsable del Proyecto Memoria e Histórica Institucional.

En este contexto, Castro Mendoza describió que la elección como Papa de Juan Pablo II impacta al mundo entero, ya que era un Papa joven proveniente detrás de la denominada cortina de hierro; “en este momento estábamos viviendo el clímax de la Guerra Fría”.

A su parecer, el primer gran acercamiento de la UPAEP con el Papa fue su primera visita a México en el 79 y que toca pie en Puebla, marcando un hecho impactante para todos los poblanos.

“Yo recuerdo de manera muy particular que para este momento, la UPAEP asumió un liderazgo muy importante, para los que nos tocó vivir esto, fue una experiencia personal e institucional muy grande. Para recibir al Papa toda la ciudad de Puebla se adornó con unos pendones de plástico que en forma de enramada se colocaron en las calles, proyecto que corrió a cargo de la UPAEP”, remembró el catedrático.

Añadió que fueron los mismos estudiantes y profesores quienes a manera voluntaria no sólo prepararon estos pendones, sino que también los colocaron a lo largo y ancho de la universidad.

“La universidad modificó su periodo escolar para poder dar cabida a este proyecto. El patio del edificio en aquel entonces ubicado en la 9 poniente 1508, se convirtió en un gran taller que no cerraba sus puertas y todos pasábamos noches enteras preparando la bienvenida a Su Santidad”, señaló.

Un día previo a la visita, la comunidad universitaria se unió en una auténtica vigía juvenil cerca de las instalaciones de la prepa femenil con el firme objetivo de esperar el paso de San Juan Pablo II en su camino al Seminario Palafoxiano.

“Creo que el momento más importante de acercamiento que tuvo la universidad fue el encuentro que vino a tener Su Santidad con los jóvenes universitarios de México el 31 de enero de 1979, esto requería de manera muy patente el compromiso de la universidad”, expresó.

Sin embargo, el pensamiento de Juan Pablo II comienza a hacer eco en la institucionalidad de la UPAEP con la publicación de La Constitución Apostólica Ex Corde Ecclesiae, (la constitución apostólica para las universidades católicas) generando con él un proceso de reflexión en la universidad en donde se asume un cambio en el ideario de pasar de universidad de inspiración cristiana a universidad de inspiración católica.

“Éste fue el tema que nos conectó totalmente con el pensamiento de San Juan Pablo II y que además nos obligó a hacer una revisión institucional para ver si cumplíamos con todos los requisitos que esa Constitución planteaba”, destacó.

Otro de los escritos que este santo desarrolló y que ha quedado marcado en la historia ideológica de la universidad es la encíclica Fides et Ratio, documento que abarca la relación entre fe y ciencia, cómo es que estos dos aspectos se convierten en las alas de la libertad del ser humano.

Explicó que es justo esta encíclica es la razón por lo que la biblioteca universitaria recibe el nombre de Karol Wojtyła. “La biblioteca en cuanto es un instrumento de conocimiento e investigación, de búsqueda de verdad, debe de convertirse en un recurso que aliente el diálogo entre la fe y la razón”.

Otro aspecto fundamental en esta relación es la capilla y es que la advocación con la que se le distingue es justamente la de San Juan Pablo II, esto al momento de realizar el cambio de localización de este recinto del edificio C al lugar en el que se encuentra actualmente el 22 de octubre del 2015.

“En esta fecha se hace la bendición y consagración de la capilla con la advocación de Su Santidad San Juan Pablo II; la razón fundamental de poner bajo su protección este recinto universitario fue porque Su Santidad dentro de las muchas cosas que hizo notables fue su acercamiento con la juventud y su llamado a los jóvenes”, describió Castro Mendoza.

Con esto Mons. Víctor Sánchez le concede a la universidad un gran regalo, pone bajo resguardo de la UPAEP una reliquia de primer grado (Parte del cuerpo del santo) de San Juan Pablo II.

“La entronización de esta reliquia se lleva a cabo el 16 de octubre de 2016, con un favor muy especial, el poder tenerla en exhibición a diferencia de lo que marca la normatividad que deben ser enterradas bajo el altar”, recordó el encargado del Proyecto de Memoria e Histórica Institucional.

Sin lugar a duda la figura y presencia del pensamiento de San Juan Pablo II estarán siempre presentes en la vida e historia de la UPAEP.



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