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El amor, respuesta al valor de la persona
25 agosto Por: Fernanda Bretón
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En relación con el amor hay una diferencia entre amar y querer, entre amor y estar enamorado muchas veces se termina tergiversando este concepto.

“Cuando hablamos del amor esponsalicio, nos encontramos con una serie de tergiversaciones, una de estas es que la fuente del amor es uno mismo. La respuesta a esta afirmación es NO. Aquello que llamamos amor a uno mismo puede entenderse de dos formas, como un movimiento egoísta donde ponemos primero al Yo y luego a los demás o como la capacidad de respetarnos a nosotros mismos, pero en sentido estricto tampoco es amor, porque el amor es esencialmente trascendente”, destacó Roberto Casales, Director Académico de Filosofía UPAEP.

Afirmó que el amor no es un movimiento del Yo que se amplia y se extiende al otro; no es hacer al otro parte de mi propiedad. El amor es un movimiento trascendente, es ir más allá de mí mismo.
Por lo que el amor es una respuesta al valor de la persona. “En todo amor es esencial que el amado se presente ante nosotros como excelente, bello, digno de amor, en la medida en que un hombre solo es útil para mí o que solo puedo usarlo; falta la condición básica del amor”.

La entrega es esencial para cada amor (amor de padres, amor de hijos, amor de amigos y amor de esposos), puesto que presupone necesariamente que la persona amada se presenta ante nosotros como valiosa, como objetivamente digan de ser amada. Es la respuesta que nosotros tenemos ante la dignidad de la persona.
Para entender el amor esponsalicio –dijo- es esencial comprender que éste tiene diferentes características que refuerzan la idea de que es uno de los amores más grandes.

El amor es personal, este tiene que ver con la totalidad de la persona. La base del amor no puede ser una cualidad, ya que, la persona es mucho más. Amar a la persona es contemplarla y aceptarla con todo lo que es.

 “Yo no puedo donar algo que en sentido estricto no es mío, por ello decimos que el amor es libre y ello implica ser capaz de gobernarse, de ser dueño de uno mismo”, expresó el académico

Además, puntualizó que el amor es entrega en cuerpo y alma en todo lo que soy, me revelo al otro en mi vulnerabilidad. Aquí se da la exclusividad, si me entrego en todo lo que soy a una persona, me debo todo a esa persona. El que es infiel ha perdido una condición del amor que se refiere a la entrega total.

Otra de estas características es que el amor es total, no es algo que se dé de forma gradual, no es por partes, también es incondicionado, es decir no tiene restricciones, no está sujeto a condiciones. “La gente que condiciona el tiempo en realidad no ama”.

Una de las características más importantes -dijo- es que es fiel y leal, el compromiso de los esposos nunca es solo entre ellos; implica a toda la sociedad que requiere el compromiso no solo de los cónyuges, sino de toda la sociedad para con ellos. “No podemos hablar de una sociedad civilizada si no existen las condiciones que favorezcan el amor de pareja, por esto hay que ratificar el amor constantemente”.

Finalmente, Casales enfatizó que el amor es creativo porque el hijo tendría que ser la prueba carnal del amor de los esposos, sin embargo, el amor es creativo en una segunda forma, porque él logra un cambio en la persona.

“Si hay algo que nos ofrece el amor es la esperanza de que todo en esta vida tiene sentido”, concluyó el investigador.

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