Especie endémica en peligro de extinción que ha encontrado en la cultura actual un espacio que permite hoy en día su reproducción en cautiverio.
El ajolote mexicano, actualmente ha logrado conquistar al mundo y es que desde hace muchos años ha sido objeto de estudio por su capacidad de regenerar extremidades amputadas, órganos y tejidos, sin embargo, su hábitat natural se ha visto severamente dañado, provocado que este animal se encuentre en peligro de extinción.
Erika Servín Zamorano, Médico Veterinario especialista en esta especie, mencionó que si bien su desarrollo dentro de los canales de Xochimilco, lugar en donde se puede encontrar esta especie, se ha visto amenazado por la introducción de otras especies, en cautiverio su reproducción puede ser de 100 a 600 huevos.
Agregó que el cuidado de esta especie endémica de México requiere de muchos cuidados y compromiso.
El ajolote, no solo tiene una trascendencia biológica por sus características de regeneración, sino que para los mexicanos tiene una importancia cultural.
En este sentido, la especialista señaló que para los aztecas el ajolote representa al dios Xólotl, gemelo de Quetzalcóatl, el cual tuvo una participación muy importante en la leyenda de la formación del sol y la una. Además, a la fecha son reconocidos por sus propiedades medicinales, principalmente para el tratamiento de enfermedades respiratorias.
Servín Zambrano especificó que para su reproducción en cautiverio es fundamental tratar de reconstruir su hábitat, respetando las características de agua y temperatura.
“En este tipo de anfibios es importante considerar las características de su hábitat, tratar de imitar la naturaleza, clima y estacionalidad y escoger un sustrato adecuado”, reiteró.
Respecto a la calidad del agua-dijo- se recomienda tener una temperatura de 15 a 22 ° y totalmente libre de cloro; adicional a esto deben existir condiciones óptimas de pH, dureza, nitritos, amonia y densidad entre otros.
Como se mencionó anteriormente, un ajolote hembra puede poner entre 100 a 6000 huevos, de los cuales en condiciones naturales solo el 1% llega a la etapa adulta, mientras que en cautiverio esta tasa de mortalidad se disminuye considerablemente; enfatizó que el periodo crítico para el crecimiento de esta especie es de tres meses.
Es importante considerar que los ajolotes son 100% carnívoros, por lo que su alimentación debe basarse primordialmente en alimento vivo como artemia salina, pequeños peces, tubifex, pulga de agua, acociles, tenebrios, grillos y lombrices; y aunque no es recomendable se puede dar alimento no vivo como pellets, alimento congelado, pollo, corazón de res o trocitos de pescado. Dependiendo del alimento la alimentación puede ser diaria o cada tercer día. Las crías deben ser alimentadas dos veces al día
Añadió que, considerando esta dieta estos anfibios suelen presentar problemas de deficiencia de vitamina A, calcio y en algunos casos poco comunes obesidad. De ahí la importancia de llevar un registro e historial clínico de cada individuo, esta identificación debe ser no invasiva, fácil, rápida, práctica, duradera y barata; uno de estos métodos suele ser la aplicación de microchips.
El cuidado del ajolote es complejo, por ello se recomienda que previamente se haya tenido peces para tener una idea básica del manejo de estos animales. “Requiere tiempo y paciencia. Es un animal fascinante e interesante con el que nuestra historia cultural tiene una fuerte relación”.
