La ponente destacó que la contingencia sanitaria la viven todos y por ello, todos pueden ser factor de cambio.
“Dios responde a la dramática pregunta del sufrimiento humano con su misma presencia, se ha hecho uno entre nosotros, ha vivido nuestras contradicciones y ha querido quedarse con nosotros a lo largo de toda la historia”, señaló Rossana Stanchi en su ponencia “La novedad perenne del Cristianismo”.
Dentro del ciclo de conferencias “Reflexiones teológicas para la esperanza” la Dra. En Letras Modernas señaló que el método de Dios puede llenar de asombro, a veces desconcertar y puede llegar a parecer absurdo; porque Dios, el que tiene en su mano el poder para cambiar la realidad en un solo instante, no quiere prescindir de la libertad humana, no quiere imponerla, forzarla o pisotearla.
Destacó que Dios no ha ahorrado esta realidad inédita, de una emergencia sanitaria a nivel planetario, sino que ha llevado a un cambio en el estilo de vida y se ha convertido en una experiencia común; una experiencia de la que todos son parte y por la cual todos deben de unirse.
En ese sentido Rossana Sachi citó la obra de Julián Carrión “El despertar del humano” la cual señala que en momentos como los que se viven, queda al descubierto el proceso de maduración que cada uno ha hecho personalmente y junto a otros; el sentido de la consciencia, la capacidad para afrontar la vida y que tanto las ideologías como las convicciones se ponen a prueba.
Agregó que en este periodo se ha tenido la posibilidad de escuchar las palabras de una persona que ha acompañado a la sociedad muy de cerca: el Papa Francisco. Destacó su discurso del 27 de marzo, ante una Plaza de San Pedro vacía, pero hablándole a todo el mundo: “…con la tempestad se dejó al descubierto una vez más esa bendita pertenencia común de la que no podemos, ni queremos evadirnos; esa pertenencia de hermanos”.
Sentenció que todos, ante la contingencia, pueden tener miedo, incertidumbres y dificultades de todo tipo pero también se puede desafiar a esta realidad, viviendo y usando la razón, la libertad y la capacidad de afecto. “Dios se ha hecho hombre y ha vencido al enemigo que nos da miedo”.
Finalizó exhortando a los fieles a ser parte activa ante esta contingencia y poner la vida en manos de Dios. “Deseo que todos podamos ser protagonistas en cualquier circunstancia y el Misterio pueda salir a nuestro encuentro”.