[Las personas tenemos un hambre infinita de felicidad, pero, tenemos una capacidad limitada de amar.]
“Es difícil afrontar los temas de la convivencia de pareja y de la condición familiar si no hablas un poco de la condición humana, tiene mucha riqueza, pero tienen fragilidades, no son individuales, son de todos”, manifestó la Mtra. Livia Bastos Andrade en la conferencia ‘Parejas imperfectas y condición familiar’, como parte de los trabajos de las V Jornadas de la familia, organizadas en la UPAEP.
En ese sentido la Mtra. Bastos expresó que existen diversas reacciones frente al tema de la fragilidad. “Acoger la fragilidad es normalmente la opción más exigente, más madura y más difícil. Normalmente delante de la fragilidad, existe la negación, proyección y evasión. Hay otra posible respuesta que es el fatalismo”.
Declaró que a pesar de la condición de fragilidad, existen riquezas dentro de la condición humana y sus relaciones que pueden ser una gran fortaleza. “La resiliencia es la capacidad de responder de manera constructiva a los eventos estresantes o traumáticos, los contextos y los atributos individuales ayudan a incrementarla”.
De esta manera, destacó que la calidad de la familia va relaciona a la de la pareja, con ello, a las cualidades de cada persona. “La familia es la primera instancia que tenemos para aprender a amar, es ahí donde se viven los primeros encuentros y desencuentros (….), ésta tiene en sí, un germen de durabilidad, por su vocación que es irrevocable”.
En ese sentido, la Mtra. Bastos puntualizó la dinámica entre el don y elección que rodea a la familia. “Nuestra familia de origen no la escogemos, además de que ésta no es una democracia. Sin embargo, la persona con quien me caso, la idea es que la escoja yo”.
Finalmente, señaló que independientemente de la relación en la vida compartida y las experiencias de las personas involucradas, existe una dinámica del amor más allá del sentimiento para su durabilidad.
