La resiliencia es una palabra que en primera lugar es difícil de pronunciar y en segundo lugar resulta un tanto ajena a nuestra experiencia cotidiana, sin embargo es un concepto empleado con mucha frecuencia en el mundo científico, especialmente en el de la Psicología. Este término originalmente fue propuesto en el área de las ingenierías y se refiere a una “…propiedad de los materiales por la que un objeto elástico [por ejemplo un resorte o metal] al ser sometido a una presión o fuerza determinada, es capaz de [una vez que dicha presión cesa] de recuperar su forma original”(Puerta y Vásquez, s/a).
Si trasladamos este concepto al mundo de la Psicología y de las Ciencias Sociales, lo podemos definir como la “…capacidad que tienen las personas para resistir, recuperarse e incluso salir fortalecidos ante circunstancias adversas tanto de carácter individual como grupal” (Becoña, 2006). Los primeros estudios de este fenómeno comenzaron investigando los factores de riesgo de la salud mental en niños con padres alcohólicos, dentro de las hipótesis planteadas se proyectaba que estas condiciones adversas eran factores predisponentes del trastorno mental (ejemplo: psicopatía, alcoholismo, trastornos de personalidad, etc) en la edad adulta; sin embargo se observó que esto no fue así, es decir que varios de estos niños fueron capaces de salir adelante de estas situaciones y se desarrollaron como adultos normales y adaptados a la sociedad.
Una pregunta que resulta pertinente plantear en este momento es la siguiente ¿una persona nace o se hace resiliente?. Sin duda ésta es una respuesta complicada de proporcionar, ya que ha sido objeto de estudio y controversia en el área psicológica, sin embargo con la finalidad de referir los principales hallazgos y coincidencias que hay en las investigaciones relacionadas con este asunto; se puede mencionar lo siguiente: a pesar de que como seres humanos tenemos habilidades innatas o heredadas, para el caso de la resiliencia, la mayor cantidad de evidencia demuestra que esta capacidad es resultado de la interacción y adaptación social que cada persona tiene con el medio que le rodea y especialmente de la forma en cómo enfrenta y resuelve los problemas.
Sin duda en el área de la Psicología existen varias perspectivas teóricas para explicar a la resiliencia, sin embargo en el afán de ser breves, si pudiéramos mencionar de manera sencilla ¿Cuáles son los elementos que conforman a la respuesta de resiliencia? y retomando la propuesta del Dr. Medina-Amor, 2009 se puede mencionar que la respuesta resiliente se compone de tres elementos, que son: 1) Control: referido como la posibilidad de regular la conducta emocional y conservar la autonomía en la toma de decisiones, b) Cambio: entendido como la habilidad para aceptar que “nadie se baña dos veces en el mismo río”, es decir que es necesario aprender a vivir cada uno de los cambios que traen los periodos críticos de nuestro ciclo vital, ya que ponen a prueba tanto nuestras fortalezas como nuestras debilidades, y c) Compromiso: referido a que no es suficiente solamente solicitar –o a veces exigir- “nuestros derechos”, sino también aceptar que al vivir y convivir en sociedad es más relevante asumir compromisos con los demás, ya que esta habilidad favorece la formación y perfeccionamiento de lazos socioafectivos permanentes que nos permitirán transformarnos para lograr ser mejores personas.
A manera de resumen y en algunas frases breves podemos concluir lo siguiente: "Para ser fuerte no es necesario levantar mucho peso, con levantar el tuyo cada vez que te caigas es suficiente” (Anónimo), es decir que la forma en cómo revaloramos las circunstancias a través de nuestros pensamientos puede hacer la diferencia, ya que es mejor pensar que las cosas son posibles y no imposibles y que somos capaces y no incapaces; ojala y estas conclusiones nos puedan acompañar a lo largo de nuestra vida cotidiana, ya que nos podrían ayudar a disfrutar más la vida tal y como es y no como quisiéramos que fuera.
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Referencias
- Becoña, E. (2006) Resiliencia: definición, características y utilidad del concepto. Revista de psicopatología y psicología clínica, 11 (3); 125-146.
- Medina-Amor, J.L: “Resiliencia: Resistir y Recuperarse”. Curso Intervención Psicológica en Emergencias y Catástrofes”. ENPC España. (Oct. 2009).
- Puerta, E. y Vásquez, M. Caminos para la resiliencia. Recuperado en Octubre de 2016. http://www.udea.edu.co/wps/wcm/connect/udea/8053e5b2-7d04-4997-9dc0-4dcada70658f/BoletA%CC%83%C2%ADn+2_Concepto+de+Resiliencia.pdf?MOD=AJPERES
