[La educación afectiva puede sanar el tejido social.]
La relación de la universidad con la sociedad no se agota solamente en la formación de profesionales, sino ésta se siente obligada y tiene el deber de observar y participar en resolver necesidades que impactan la vida social de las personas, afirmó la Mtra. Margarita Teyssier Larios, Directora del Centro de Estudios de la Familia y Sociedad CEFAS-UPAEP.
Con motivo del “Día Mundial de las Madres y los Padres” que se celebra el 1 de junio de cada año, por parte de la Organización de las Naciones Unidos (ONU), la Mtra. Teyssier Larios aseveró que la UPAEP no es ajena a la problemática social que viven actualmente las familias en Puebla, México y el mundo.
Dijo que ante el modelo de paternidad y maternidad que propone la ONU, “nos orienta a nosotros y estamos de acuerdo con lo que plantea este organismo sobre la importancia de los roles que juegan las madres y principalmente los padres como proveedores de la familia”, y en muchos países, el padre de familia además de promover aspectos como la disciplina, las enseñanzas morales, y trae el pan al hogar, entre otros aspectos.
Asimismo, destacó que la ONU busca replantear cómo la participación del padre en los aspectos emocionales y prácticos de la crianza, son también relevantes para mantener la armonía al interior de las familias.
Por su parte, el Dr. Jorge Navarro Campos, investigador del Centro de Estudios de la Familia y Sociedad (CEFAS), manifestó que de acuerdo a información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), nos permite observar algunos puntos relevantes de los hogares en el país y del papel de los padres, aun cuando existe un día para celebrar a cada uno. “Pero en este caso, hoy 1 de junio, la ONU lo que quiso subrayar es la importancia que representa ambos dentro de la dinámica de la familia.
Entre los datos generales que dio a conocer el INEGI, subrayó que cerca del 90 por ciento de los hogares en México, es decir, 9 de cada 10, son hogares familiares, y un 10 por ciento que llama no familiares (tomando en cuenta sus diferentes estructuras, la estructura básica que son papá, mamá e hijos y sus modalidades como son los hogares monoparentales o familias monoparentales, la mamá como cabeza del hogar 17% y por el papá 10%), es decir, por cada 9 hogares encabezados por una mujer hay 1 en donde el hombre está al frente del mismo, fenómeno significativo dentro de la sociedad.
Agregó que está otro fenómeno presente dentro de la sociedad, el de las familias recompuestas, que presenta una dinámica y problemática particular, pero que también forma parte de los hogares familiares.
Indicó que un dato crítico de esta información, es que se registra un 3.5% de hogares, que están habitados por niños o adolescentes sin la presencia de padres; y en el caso de que fueran adultos solos, formarían parte de otra categoría, que son los casos de niños de la calle o grupos muy vulnerables socialmente.
En ese sentido, declaró que esta información “nos señala por dónde va la dinámica de la sociedad, en donde va creciendo el número de hogares monoparentales, va creciendo el número de divorcios y va decreciendo el número de familias constituidas por padres e hijos; y también va en crecimiento las parejas que conviven, en donde no se casan por la Iglesia o por lo civil, no contraen algún tipo de compromiso, estructura que es más frágil que requiere de más tiempo para su estudio”.
El Dr. Navarro Campos, señaló que los hogares en México en su mayoría de los casos estaba sostenido por los ingresos del padre, pero actualmente, la mamá ha tenido la necesidad de salir a trabajar y contribuir también a la economía de la casa, lo cual también está planteando una serie de problemas de la presencia o ausencia de los padres en relación a la convivencia y educación de los hijos.
Apuntó que ahora al ausentarse la madre de la casa porque tiene que trabajar también para el sustento de la casa, está provocando que los roles de la familia se modifiquen de manera significativa.
Acotó que en México, del universo general de hogares familiares, el 41 por ciento de éstos perciben algún tipo de ingreso que no proviene del trabajo, en donde los hogares reciben algún tipo de ayuda, como son las ayudas familiares y de programas sociales promovidos por el gobierno.
Reiteró que el modelo urbano moderno de la familia, a diferencia del rural, excluye de la convivencia básica de padres e hijos la integración de otros familiares como son los abuelos o algún otro miembro de la familia.
Enfatizó que los abuelos ayudan de manera significativa en el cuidado de los hijos cuando los padres de familia tienen que trabajar y es un fenómeno que se está generalizando actualmente.
Indicó que ante los nuevos roles que está experimentando la familia, es necesario buscar mecanismos que nos ayuden a reestructurar la unidad de convivencia matrimonial, en donde el vínculo fundamental de esta unión es de índole afectivo.
Por lo tanto, tenemos que trabajar en el campo educativo con relación al tema de lo afectivo, “porque el modelo educativo social público no le ha dado importancia a la afectividad, porque educan intelectualmente a las personas, pero resulta extraño hablar del aspecto afectivo en las personas resulta ser extraño”.
El Dr. Jorge Navarro enfatizó que es necesario trabajar en el campo de la afectividad y su importancia dentro de la familia, porque sólo de esta manera se podrá reducir la crisis por la que atraviesan las familias, además de “que no podemos culpar a la familia por la delincuencia juvenil que se vive en la sociedad o de que la mujer es la culpable por salirse de la casa para trabajar, porque el mecanismo es más complejo y la familia se está convirtiendo en víctima de un fenómeno social. Y por consecuencia el tema de la educación debe ser retomado para atender las necesidades de la familia en lo afectivo y sexual”.