La pandemia ha dejado ver la importancia del desarrollo científico en el país. En la Cámara de Diputados está por discutirse la Ley General de Humanidades, Ciencia, Tecnología e Innovación.
El contexto actual del desarrollo científico en México muestra un gran atraso frente a otras naciones, tan solo en nuestro país por cada 1000 habitantes se cuenta con 0.7 investigadores mientras que en España hay 6.7, en Estados Unidos 8.7, y en Japón existen 10, así lo dio a conocer Emilio Baños Ardavín, Rector de la UPAEP.
Durante su análisis en el espacio informativo de Fernando Canales, indicó que, si bien el Gobierno Federal se ha propuesto llegar al 2% del PIB en inversión en Ciencia y Tecnología, esto no se ha logrado, lo cual remarca el rezago que en esta materia tiene el país.
Comentó que, ante la próxima discusión en la Cámara de Diputados por la Ley General de Humanidades, Ciencia, Tecnología e Innovación, ya se contó con una primera fase de retroalimentación en donde distintas universidades tanto públicas como particulares que participan en actividad de investigación, realizaron un análisis del contexto y generaron una serie de propuestas que abonan a esta reforma.
“Uno de los retos que tenemos es que no hemos sido capaces de generar un ecosistema favorable para la investigación en donde todos los actores pudieran participar y en donde pudiéramos también atender las realidades regionales”, señaló el Rector.
Bajo este contexto, señaló, se plantearon cinco propuestas claves; en primer lugar, asegurar el financiamiento, “es evidente que hay ciertas inversiones que estamos haciendo como país de muy dudosa rentabilidad social de mediano y largo plazo y que con una propuesta audaz de inversión en investigación y en la promoción de la ciencia se podría llegar a otro estadio de desarrollo. El primer paso sería llegar al 1% pero con miras al 2% de inversión”.
La segunda propuesta es promover el desarrollo de competencias de fomento a la ciencia, innovación y tecnología de manera integral y participativa de toda la administración pública y de todos los niveles de gobierno sumados con el sector productivo y las universidades.
El tercer punto -dijo-, es la participación de la industria con la idea de desarrollar los clústeres enfocados en las vocaciones regionales.
La cuarta propuesta es que se dé una política que promueva por igual a investigadores de instituciones públicas o privadas. “Aún vemos en las políticas educativas actuales cierto sesgo en este sentido cuando la investigación debe ser vista como un bien público”, aseveró el académico.
La última invitación es que se promueva el crecimiento de 8 Centros de Desarrollo Regional en todo el país, debido a la diversidad de vocaciones productivas, culturales y de posibles desarrollos económicos y sociales.
“Como sociedad y como país debemos apostar por el desarrollo de la ciencia y la tecnología, ya que nos ayudará a generar un mayor rigor en la toma de decisiones, así como a enfocar de mejor manera los recursos, para de esta manera catapultar el desarrollo de nuestra comunidad”, afirmó el Rector.
