Nota del día
Universidad abierta para el encuentro: Baños Ardavín
15 febrero Por: Fernanda Bretón
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La identidad de las universidades en una sociedad abierta, temática del conversatorio de la XXXVII Asamblea de la Asociación Mexicana de Instituciones de Educación Superior de Inspiración Cristiana (AMIESIC) donde tuvo participación el Rector UPAEP.
 
Ser una universidad en salida que promueva la cultura del encuentro es la propuesta de Emilio Baños Ardavín, Rector de la UPAEP ante la dinámica y el contexto histórico actual; esto con la finalidad de responder al llamado que el Papa Francisco ha hecho durante su pontificado.
 
“Como universidades debemos estar muy atentas a aquello en lo que la iglesia siempre ha insistido, ¿cuáles son los signos de los tiempos, a qué debemos responder como universidades católicas y de qué manera hacemos vivo el mensaje del evangelio?”, sostuvo.
 
Reflexionó sobre cómo las universidades deben promover la cultura del encuentro en donde el punto central sea el imbuir el evangelio y la doctrina social de la iglesia en todas las funciones sustantivas, fomentar el diálogo fe y razón, proponer la interdisciplinariedad como un método en este abrazar la diversidad para buscar la verdad en la universidad.
 
“Esto nos exige ser universidades en salida, para que en los procesos formativos nuestros estudiantes logren encontrar en situaciones muy concretas cómo hacer vívida esta perspectiva que propone el Papa Francisco”, expresó Baños Ardavín.
 
Para tratar de resolver estos cuestionamientos, el Rector propone retomar dos pasajes que para el Papa Francisco han sido constantes en sus distintos escritos, el pasaje de Caín y Abel, y el del Buen Samaritano.
 
Con el primero, invitó a reflexionar sobre la pregunta: ¿Dónde está tu hermano?; “el Papa hace un análisis de todo lo que acontece en nuestro mundo hoy en día en donde pareciera que de manera generalizada nos desentendemos del otro y respondemos como Caín lo hizo, ¿acaso soy guardián de mi hermano?”.
 
Referente al segundo pasaje, el Rector expresó que esta parábola lo que propone no es un ideal abstracto o una moraleja ética social, por el contrario, es un llamado a un compromiso concreto de proximidad y alteridad.
 
“Aquí me parece como universidades que más allá de las reflexiones de lo que acontece en nuestro mundo, hay que tomarlas y personalizarlas”, infirió el académico.
 
Además, agregó que hacia el próximo futuro se debe construir una nueva realidad para cada institución de educación, en donde se valoren al máximo los encuentros con el otro al momento de que se pueda dar la presencialidad.

Exhortó a construir el bien común con una plena disposición abierta al diálogo y a abrazar la vulnerabilidad que tenemos como seres humanos y “hacer ver y entender a nuestros estudiantes que lo mejor que nos puede pasar es asumir esta vulnerabilidad y compartirla; dejarnos abrazar y abrazar la de otros, ya que esto es lo que nos hace fuertes y auténticamente humanos y cristianos”.

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