Es importante contar con instituciones democráticas fuertes que puedan cerrar el paso a proyectos políticos que buscan debilitarlas.
La toma del Capitolio en la ciudad de Washington el pasado miércoles 6 de enero, es un hecho inédito en la historia reciente de los Estados Unidos.
La democracia de Estados Unidos no es la única que atraviesa en el mundo por problemas, y tiene que servirnos como lección a otros países, incluido México.
Hay que recordar que esta nación ha contado con una de las democracias más estables del mundo, desde la llegada de su primer presidente George Washington, se había venido transfiriendo de manera pacífica, señaló Derzu Daniel Ramírez Ortiz, catedrático de la Licenciatura en Relaciones Internacionales de la UPAEP.
Subrayó que en las democracias actuales como la de Estados Unidos, es importante que se gestionen más eficazmente los problemas de desigualdad económica, de pobreza y falta de oportunidades, porque esto origina polarización, confrontación y abre el paso a este tipo de líderes como Donad Trump.
Una segunda lección dijo, es que en las democracias se debe manejar e informar de manera veraz y buscar formas de contener a las fuerzas políticas que gobiernan con discursos divisivos, que alientan la polarización con base en ideas y hechos falsos.
Comentó que una tercera lección es la importancia de mantener a las instituciones democráticas fuertes y cerrarles el paso a estos proyectos políticos que buscan debilitarlas, porque lo que está sucediendo en Estados Unidos no es un hecho aislado, sino que hay otras democracias a nivel mundial que se encuentran en situaciones similares.
Y con los hechos registrados hace un par de días en los Estados Unidos, rompió con esa tranquilidad que se venía viviendo en las transferencias del poder. Recordó “que desde la guerra angloestadounidense de 1812 no se había irrumpido el Capitolio que es la sede del poder legislativo de esa nación y encargado de ratificar al candidato que recibió más votos para la presidencia del país.
Derzu Ramírez, señaló que estos hechos responden a la situación que se viene dando en los Estados Unidos con la presencia de una desigualdad muy profunda en términos económicos y a la falta de oportunidades para muchos ciudadanos de aquel país; otra situación que aqueja a la sociedad norteamericana es la desigualdad que existe con la gente de color de piel y las pocas oportunidades que tienen para mejorar su calidad de vida como sucede con las personas de piel blanca que cuentan con una mejor calidad social.
Asimismo, expresó que otro factor importante fue que durante los años de administración del presidente Donald Trump, se asentó la polarización política, el discurso de este mandatario desde que fue candidato a la presidencia siempre fue muy divisivo, polarizado, basado en infundir ideas falaces en la población y en sus seguidores, carentes de sustento y con base en replicarse en las redes sociales y medios de comunicación y que en determinado momento fueron aceptadas como verdades y que hicieron que la gente actuara en consecuencia.
Indicó que “no es una novedad decir que Donald Trump basó su presidencia en generar un discurso mentiroso y falaz con respecto a construir enemigos externos, por ejemplo, con China y los migrantes mexicanos, entre otros; así como la presencia de los enemigos internos, comenzando con los demócratas o las instituciones del propio estado y los medios de comunicación calificados como corruptos.
Subrayó que esta fractura en la sociedad estadounidense se hizo más evidente en las elecciones de noviembre del año pasado, que demostró que actualmente esta es una nación partida en dos, que quedó muy marcada esta división con las zonas rurales y las zonas urbanas y del radicalismo que algunos grupos sociales están promoviendo al interior del país.
Ramírez Ortiz refirió que el Presidente electo Joe Biden tendrá mucho trabajo al interior de la nación para corregir el rumbo y fomentar la tranquilidad entre los americanos y esto puede provocar que la relación con México caiga en una situación de irrelevancia en la agenda de gobierno del presidente estadounidense, al igual que otros países pueden correr la misma suerte, con el afán de corregir los problemas internos de esa nación.