UPAEP agradece a Mons. Felipe Pozos Lorenzini, la guía y acompañamiento que ha tenido para con la institución y le desea lo mejor en su nueva misión pastoral.
Con una emotiva celebración eucarística, la UPAEP decidió celebrar el nombramiento de Mons. Felipe Pozos Lorenzini como nuevo Obispo de Ciudad Obregón Sonora y de igual forma agradecer los años de amistad que ha mantenido con la institución.
Emilio Baños Ardavín, Rector de la UPAEP, destacó las enseñanzas y testimonio que Monseñor ha compartido con la comunidad universitaria durante momentos de alegría, jubilo y sobre todo aquellos que han sido difíciles para la institución.
“Monseñor muchísimas gracias por todo, nos ha dado ese ejemplo de qué significa pastorear y llevar una comunidad; estar al pendiente, cerca, siempre tratando de darnos una luz y sobre todo esa amistad y cercanía”, expresó.
Por su parte, Monseñor Pozos Lorenzini agradeció a la universidad por el gran apoyo que ésta dio al Seminario cuando fue Rector y después ya como Obispo. “Dios le recompense a la universidad todo lo que han hecho. Puebla no sería Puebla sin la universidad, no son esenciales, pero son necesarios; este estado no se entendería sin la UPAEP, son una bendición, han sido una bendición para su servidor, cada uno de ustedes es una bendición, los llevo en el corazón y la oración”.
Durante su homilía Monseñor destacó la figura que como siervos tenemos en las obras de Dios, “Señor he hecho lo que me tocaba, he hecho lo que tú me pediste, los resultados están en tus manos, eso depende de ti, como dice San Pablo, uno sembró, otro regó, pero tú fuiste el que diste el crecimiento, las obras son tuyas señor”.
“No tengan miedo al fracaso, Jesús humanamente es un fracasado, llegó a la Cruz y ahí terminó todo; en la Cruz es un frustrado, un fracasado, por lo tanto, no tengamos miedo, porque a veces quisiéramos éxitos humanos y en la fe nos toca lanzar la semilla, nos toca que se conozca a Jesús, Señor a ti te tocan los resultados. Hermanos somos seguidores de un fracasado aparentemente, pero es ahí en el fracaso donde se ha manifestado la grandeza de Dios, donde Dios ha salvado al mundo, por ello, no queramos seguir otra pedagogía distinta a la que Jesús nos presenta”.
Invitó a los presentes a no tener miedo de presentar a los jóvenes a Jesús, a presentarles la gracia de Dios que es camino a la salvación, para vivir desde ahora una vida sobria, justa y fiel a Dios.
“San Juan Pablo II decía que a los jóvenes hay que darles a Cristo en serie, nosotros a veces queremos dosificar. Acuérdense de Jesús en el evangelio cuando explica la Eucaristía, la radicalidad del evangelio nos invita a no tener miedo de presentar y dosificar la palabra de Dios. A nosotros nos toca echar la semilla, a Jesús le toca regar y dar el crecimiento”, puntualizó.
Finalmente sostuvo que es fundamental tomar conciencia de que somos morada de la Trinidad, y Jesús debe ser el centro.