La pandemia ha permitido visualizar en qué áreas la sociedad debe de crecer, siempre de la mano de cada uno de sus miembros.
Con la contingencia, hemos reconocido de manera tardía a la salud como un bien básico de naturaleza común, el cual hace ver que la humanidad la prioriza por encima de los avances tecnológicos, científicos e incluso de la bonanza económica, así lo destacó Emilio Baños Ardavín, Rector de la UPAEP.
Durante su comentario en Ultra Noticias, espacio informativo de Fernando Canales, reconoció que el COVID evidencia que el cuidado de la vida y la salud es una responsabilidad compartida; “no se vale pensar porque yo esté bien ya me puedo desentender a lo que le pasa a los demás, es un tema que nos implica a todos”.
Con esto en mente, retomó el pensamiento de Stefano Zamagni, Presidente de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales, quien en días pasados tuvo una participación en el Congreso Humanista desarrollado por el Instituto Promotor del Bien Común (IPBC): “Debemos ver la pandemia como un espacio disruptivo del cual debemos aprender”.
En este sentido, el Rector enfatizó que se pueden identificar dos actitudes en los gobiernos, pero también en las personas al momento de enfrentarse a una crisis como la que hoy se vive en el mundo.
“La actitud de muchos es voy a aguantar ciertas vicisitudes, para luego con una expectativa de recuperación reinstalar nuestras sinergias y nuestras costumbres. Esta es una lógica un poco cortoplacista, es el famoso regreso a la normalidad, el retomar mis actividades, lo que yo venía haciendo y no darnos la oportunidad de aprender y de procesar todo lo que está pasando. Estos son los políticos cortoplacistas, incluso los populistas, el decir aquí nada pasa”, explicó Baños Ardavín.
Por el contrario, la segunda opción -dijo- es la denominada resiliencia transformativa, ser conscientes de nuestra vulnerabilidad como humanidad y como personas, saber que podemos transitar momentos de fragilidad y desde ahí trabajar, entendiendo nuestra vulnerabilidad en aumentar nuestra capacidad de sobrellevar juntos este tipo de situaciones y de alguna manera procesar todo esto para construir mejores condiciones.
“Trabajar y fortalecer esta resiliencia es una vía que nos ubica en nuestra vulnerabilidad, pero nos convoca a trabajar juntos para acrecentar nuestra capacidad de sobrellevar este tipo de cuestiones”, reiteró.
Añadió que hemos padecido después 8 meses que lleva la contingencia en nuestro país un cansancio o agotamiento, dejando entre ver un grave riesgo de caer a un desentendimiento si no tenemos un horizonte claro de qué queremos sacar o qué lecciones queremos incorporar en nuestra vida personal y comunitaria.
“Ese sentimiento que tenemos debemos apalancarlo en aquellas cosas que también hemos vivido en este tiempo y que verdaderamente nos dan luz y un horizonte edificante como han sido las acciones solidarias, el poder socorrer a otros, el poder escuchar a los que tenemos cerca, el ayudar en lo que nos es posible. Eso es lo que verdaderamente construye sociedad, pero debemos animarnos a dar ese paso”, instó el Rector.
Señaló que salir delante de este hecho será posible si nos atrevemos a reconocer que solos no podemos, que se deben reconocer las propias limitaciones y la necesidad del otro. “Eso es lo mejor que nos puede suceder, trabajar juntos, trabajar por una sociedad más solidaria, más comprensiva, más intrincada entre sus miembros y componentes. Hay que atrevernos a mirarnos y abrazar la diversidad y caminar”.
Referente a las elecciones en Estados Unidos, mencionó que la aplicación del pensamiento de Stefano Zamagni también hace sentido, ya que el Presidente Trump hizo un manejo sumamente errático minimizando y hasta negando la pandemia y con eso no se puede jugar. “La gente no deja pasar tan fácilmente el que no se le atienda o se tome en serio una situación de esta naturaleza”.
Detalló que la clara apuesta de Trump por el encono y la polarización tampoco le ayudaron a mantener un segundo periodo presidencial, por ello indicó que es importante atreverse a escuchar y a dialogar, abrazando la diversidad.
El último punto en el que hizo énfasis fue que pese al avance económico que Estados Unidos presentaba a inicios de año no fue suficiente cuando existe un discurso que busca desestimar a todos aquellos que no piensan de la misma manera; este despreciar a la ciencia, el no valorar la salud, generó que el pueblo esté dolido y la sociedad no quiere extremismos ni de derechas ni de izquierdas.
“Me parece que para México todo este contexto provoca una buena reflexión sobre qué momento estamos transitando y qué deberíamos tratar de construir a futuro”, concluyó.