Familias, maestros y estudiantes, deben reconocerse como un equipo de trabajo a estas alturas de la pandemia del COVID-19.
En estos momentos de emergencia sanitaria en el mundo, en donde en algunos lugares ha disminuido y en otros se están registrando rebrotes de esta enfermedad del coronavirus, se pueden observar los diferentes retos que está enfrentando la humanidad y de manera particular las familias y docentes en el ámbito educativo.
Colaboración, empatía, resiliencia, hábitos, organización y compromisos, permitirán a las familias, maestros y estudiantes, seguir adelante con la educación remota provocada por la pandemia del COVID-19 y que ha obligado a los estudiantes y maestros a permanecer en casa por más tiempo, señaló Ivonne Estela Martínez Hernández, especialista en plataformas digitales y redes sociales de UPAEP Online.
Maestros y estudiantes de los diferentes niveles educativos, así como las familias tuvieron que afrontar la educación en una nueva modalidad de emergencias, conocida como educación remota, la cual trae consigo retos impensables para la humanidad, dado que no se habían presentado nunca, manifestó la académica.
Por ello, explicó que, en estos momentos, a 8 meses de que llegó la pandemia del COVID-19 a México, es necesario hablar de conceptos importantes como son la empatía y la resiliencia. En el caso de la resiliencia comentó que es la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y de sobreponerse a ellas y salir fortalecidos.
Agregó que la empatía es la capacidad que posee todo ser humano y que le permite “ponerse en los zapatos de la otra persona, es decir, poder entender qué está viviendo la otra persona, y comprenderlo mejor para poder acompañarlo y ofrecer algún tipo de apoyo”.
Reiteró que estas dos capacidades humanas, -empatía y resiliencia- son muy importantes en este momento de la pandemia en el ámbito educativo. En donde los maestros están afrontando la gran crisis educativa de dejar las aulas e ir a casa para continuar siendo profesores y escuela y afrontar a la vez el reto de capacitarse y de poder comprender cómo hablar a través de estos medios, cómo acercar el aprendizaje a los estudiantes y qué tipo de estrategias diferentes utilizará para que en la distancia puedan seguir aprendiendo.
Y a 8 meses de vivir en confinamiento, encontramos a muchas familias y profesores que siguen presentando problemas de conectividad y uso del internet, que tenemos equipos de cómputo o aparatos celulares que quizá ya son obsoletos y que con esos recursos, están afrontando este reto de seguir enseñando y en el caso de las familias y estudiantes, están pasando algo similar.
Ivonne Martínez enfatizó que en estos momentos, familias, maestros y estudiantes deben reconocerse como un equipo de trabajo. Agregó, “juntos necesitamos avanzar porque si no hay empatía de papás hacia los maestros o de los maestros hacia las familias, esto puede convertirse en no educación, en todo lo que no es educación y con ello, traer estrés para los profesores y para las familias y para los alumnos, puede suceder que no quieran estudiar, no querer comprender lo que están viendo de manera remota y por consecuencia un desagrado al evento educativo”.
Por consecuencia, para que esto funcione, se necesita que los padres de familia en casa se organicen, establezcan horarios y se preparen para el día escolar para disminuir la carga del estrés, con un cronograma de actividades que les permitan convivir y ayudar a estudiar a los alumnos.
Dijo que el factor de la organización en la casa es vital para las familias. En el caso del profesor debe cuidar su salud física y emocional, organizarse con bastante tiempo antes de comenzar su actividad docente, le permitirá estar mejor preparado para afrontar los debates del día y de acuerdo a los inconvenientes que se presenten, el profesor sea capaz de reponerse y contar con diferentes estrategias para atender a los estudiantes.
Por último, acotó que es importante que padres de familia y profesores conozcan las necesidades de cada lado, para poder trabajar de manera conjunta y aprovechar al máximo las plataformas o estructuras que se están utilizando para el trabajo escolar y para ello la organización, cooperación, empatía y resiliencia, ayudarán para hacer frente al periodo de tiempo que falta de este confinamiento sanitario.
Porque de lo contrario, dijo, se puede dar paso a la desorganización, el abandono escolar, la deserción escolar y es lo que menos se quiere para un país que está en este proceso de crecimiento, concluyó la académica.