La familia tiene múltiples funciones, la crianza, el sostenimiento afectivo, el desarrollo socioemocional, el sentido de humanización y el reconocimiento del otro, lo cual nos lleva a un proceso de sociabilización que nos prepara para la vida en comunidad.
Es una buena noticia para los poblanos que Puebla pase a ser considerada una ciudad del aprendizaje, pero lo más importante es comprender las implicaciones a las que nos comprometen como ciudadanos.
En el marco de esta distinción, la familia es el eje central como punto de partida para llevar adelante los procesos educativos a lo largo de la vida y en función del desarrollo social de toda comunidad, expresó Emma Verónica Santana Valencia, catedrática de la Facultad de Educación de la UPAEP.
Señaló que la familia es considerada la unidad base de la sociedad, y para comprender el enfoque medular que juega ésta, hay que comprenderla como un sistema que está constituido por seres humanos, en una organización que tiene que ver con una comunidad que baja a través de un proyecto en común, un espacio en donde se brinda la aceptación incondicional, lo cual da paso de alguna forma a lo que entendemos como inclusión.
Verónica Santana enfatizó que la familia en sí misma tiene múltiples funciones, entre las que se pueden considerar las siguientes, la crianza, el sostenimiento afectivo, el desarrollo socioemocional, el sentido de humanización y el reconocimiento del otro, lo cual nos lleva a un proceso de sociabilización que nos prepara para la vida en comunidad, además de ser un eje central de educación y de formación con experiencia significativa, forma en valores y transmite la cultura y, por consecuencia se da esta similitud con la propuesta de ciudades del aprendizaje en sus apartados establecidos por la ONU.
Subrayó que el esquema familiar es el lugar ideal en donde se propicia esta cultura para la paz que busca esta distinción de ciudad del aprendizaje y que promueve el diálogo, la solidaridad y sobre todo, comprender que desde el esquema familiar se favorecen los procesos educativos y es en donde se comienza a enseñar justamente estas condiciones de reconocimiento del otro, del respeto de una condición de cultura para la paz, de un ejercicio equitativo para todas las personas, independientemente de su género, y comprender de mejor manera lo que está sucediendo en el entorno.
Santana Valencia explicó que desde años atrás, la UPAEP se ha preocupado por formar personas y profesionales comprometidos con la transformación social a través de los diferentes programas educativos con que cuenta la institución en sus diferentes modalidades, con la creación de proyectos y propuestas a través de las cuales se busca ofrecer mejores condiciones para vivir en armonía en la sociedad desde el núcleo familiar.
En su intervención, Rodolfo Cruz Vadillo, catedrático de la Facultad de Educación de la UPAEP, acotó que las ciudades del aprendizaje tienen que ver con las ciudades en donde se les reconoce que están haciendo aportes a la cultura, además de que no se debe olvidar que Puebla está identificada como una ciudad universitaria, en la que hay muchas universidades y muchos espacios educativos, lo cual no es suficiente para que sea una ciudad del aprendizaje.
Dijo que las ciudades del aprendizaje tienen que ver con la posibilidad de fomentar la cultura en otros espacios, no solo en los lugares institucionalizados o escolares que nos brindan una educación formal, sino que se habla de otros espacios culturales en donde se redistribuye el conocimiento, se comparten experiencias no solo a los jóvenes sino a diferentes públicos de diferentes edades.
Refirió, “el aprendizaje implica una mirada a las ciudades inclusivas, ciudades equitativas y sostenibles. Esta distinción es un elemento importante porque por un lado implica la visibilización de Puebla como un espacio en donde la cultura circula y hay oportunidad de crecimiento y sobre todo, hay posibilidades a la diversidad de personas, y que en cierta medida en la ciudad se cumple con una cierta perspectiva de justicia social, con el apoyo de la educación que es un elemento muy importante.
Indicó que al hablar de que Puebla es una ciudad del aprendizaje se supone que se cuenta con una serie de políticas públicas, en donde se potencializan los encuentros, las relaciones y la participación de las personas.
Apuntó que en el plano de la política, este aspecto educativo, tendrá que estar presente en las agendas de trabajo para garantizar su viabilidad y no quedarse sólo en la distinción o reconocimiento de lo que se ha hecho por el momento.
Asimismo, dijo que es un reto para todos, principalmente para el gobierno, de contribuir para que la ciudad sea sostenible, que realmente sea una ciudad del aprendizaje, de que se haga uso responsable de los recursos; de constituirnos como sujetos éticos y estemos preocupados por las problemáticas sociales y que la política pública y la política educativa, estén alineadas con estas preocupaciones, para garantizar mejores espacios y más lugares en donde se difunda la cultura y en donde circule la información y se dé el trabajo colaborativo con otras personas.
Por su parte, Paulina Iturbide Fernández, directora de las Licenciaturas en Psicopedagogía y Pedagogía e Innovación Educativa de la UPAEP, manifestó que el papel de la familia en los procesos educativos es fundamental para la armonización de la sociedad y ahora con la distinción que recibió la ciudad, asume mayores compromisos y retos.
Dijo que es importante que todos los sectores sociales trabajen de manera colaborativa dentro de este marco político normativo pero sin olvidar el papel fundamental que juegan las familias, los profesionales de la educación y las instituciones educativas en esa relación necesaria para continuar con este compromiso de contribuir a la formación de mejores ciudadanos.