Esta identidad es un proceso que tiene 100 años de estarse conformando en nuestro país.
Los mexicanos deben estar orgullosos de sus orígenes, de esa unión que se logró desde nuestros ancestros, en donde el mexicano no es indígena, pero tampoco es español, pero no deja de tener estas raíces cristianas, europeas e indígenas, es un compuesto de todos estos elementos que le han dado identidad a nuestra nación.
Por lo tanto, el México democrático es un conjunto de grupos diversos, de perspectivas e intereses diferentes, es un mosaico cultural, en donde el Norte y el Sur no son similares, el centro tiene su peculiaridad, pero todos convivimos, señaló Juan Pablo Aranda Vargas, catedrático de la Facultad de Ciencia Política y Gobierno de la UPAEP.
Dijo que en la actualidad la identidad de los mexicanos atraviesa por un periodo de crisis en donde también el resto del mundo no es ajeno, podemos observar una serie de enfrentamientos entre los diferentes grupos sociales, “en este enfrentamiento, la gente se cuestiona, eres parte de nosotros o estás en contra de nosotros, lo cual resulta un proceso antidemocrático. El partir a la sociedad en dos grupos antagónicos, lo único que hace es negar la identidad mexicana que representa todo ese mosaico, esa diversidad y pluralismo de formas de pensar, de identidades y microculturas que nos identifican en el mundo”.
Aranda Vargas lamentó que en estos momentos, lejos de estar abonando al gran proyecto de la identidad mexicana, a lo que nos estamos enfrentando los mexicanos es a este simplismo de “nosotros contra ustedes, que es profundamente artificial, porque nadie puede identificarse en México a través de una sola variable, lo cual es muy evidente y que sólo refleja la realidad de tener un país partido a la mitad”.
Advirtió que el actual gobierno federal en lugar de construir y fortalecer esa identidad mexicana, está fomentando la confrontación, el antagonismo y pensar, “gana mi grupo o lo perdemos todo”, en lugar de promover un diálogo fructífero entre formas y visiones, en donde nunca la gente se va a poner completamente de acuerdo, pero va a coincidir en elementos comunes que beneficien a la sociedad.
Señaló que la democracia parte de la idea de que el otro, el que está frente a uno, con todas las diferentes formas de pensar en términos de género, en términos de cultura, de ideas y credos, tiene derecho a hablar, de que hay algo que se puede aprender del otro. Y cuando se niega ese principio, la democracia comienza a morir.
Juan Pablo Aranda recordó que la democracia vive del hecho de un diálogo, de entre posturas que a veces son irreconciliables en la acción, es decir, la población mexicana debe tomar en cuenta que muchos pugnamos por el bienestar de todos, por el diálogo de los bienes comunes, de los bienes sociales, y lo que estamos viviendo en estos momentos, es un simplismo de lo que realmente significa ser mexicano y quien niega sus raíces culturales y de identidad, le está haciendo daño a su nación.
En su intervención, Josafat Morales Rubio, también catedrático de la Facultad de Ciencia Política y Gobierno de la UPAEP, manifestó que el ser mexicano es un proceso largo, que viene sobre todo del siglo XX, ya que durante el siglo XIX no se da toda esta identidad nacional tan clara, en donde sólo se puede hablar de regionalismos.
Dijo que todo el proceso de identidad nacional tiene que ver principalmente con el siglo XX, y ahí el Partido Revolucionario Institucional es la figura central de este movimiento; que a través de varios elementos como la educación, la cultura y el cine, se dio a la tarea de generar toda esta identidad nacional.
Morales Rubio apuntó que la identidad mexicana es un proceso que tiene 100 años de estarse conformando en nuestro país.
Indicó que nuestro país ha pasado por un proceso de construcción desde el estado revolucionario que después de llegar de un proceso conflictivo, de un enfrentamiento entre la propia sociedad mexicana, se da cuenta de que lo más importante es construir una idea de nación, de que todos seamos una sola nación.
Josafat Morales subrayó que en México hay un sentido muy fuerte de identidad entre los mexicanos, independientemente de las diferencias que hay entre el norte y el sur del país e incluso con el centro del país.
Ambos investigadores de la UPAEP coincidieron en señalar que “en México hay un sentido de identidad muy fuerte entre los mexicanos y que es difícil pensar que nos veamos como diferentes aunque existan estas diferencias, porque como se contempla dentro de la democracia, estas diferencias son partes de ella, en donde todos seamos iguales, lo cual no existe, la realidad es que la democracia funciona con estas diferencias de pensamiento, que nos invitan a dialogar y poner puntos en común que les permitan llegar a un acuerdo, que es el principio básico de la democracia”.
Morales Rubio enfatizó que el proceso de construcción de la identidad nacional mexicana, abarcó prácticamente todo el siglo XX. Ha sido un proceso muy complicado, pero no por eso, ha sido erróneo, ha funcionado bastante bien.
Abundó que todos los países del mundo, como Estados Unidos, Francia, España, Alemania, entre otros, han pasado por un proceso de nacionalización y de crear su identidad nacional.
Para finalizar, manifestó que la identidad mexicana arraigó bastante bien, ha funcionado bien y se va a observar en algunos días, en donde a pesar de la pandemia del COVID-19 que se vive actualmente, un sector grande de la población estará celebrando el 15 de septiembre en las calles, para lo cual el académico dijo que es necesario que las personas mejor celebren en sus casas y eviten contagiarse de esta enfermedad que todavía está haciendo estragos en la sociedad. Porque más adelante habrá tiempo para celebrar.