Nota del día
La gente debe hacer a un lado esa cultura del hedonismo y consumismo
17 junio Por: Juan Méndez
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La Filosofía puede ayudar al individuo a forjar su propia identidad.

La filosofía nos ayuda a generar esos hábitos que van forjando la identidad de cada persona y, en este momento de confinamiento, es una oportunidad para forjar ciertos hábitos que de alguna forma, van perfeccionando al individuo, y a la vez lo van convirtiendo en una mejor persona.

Los estados de crisis y la contingencia del coronavirus que estamos viviendo en estos momentos, pueden ser una buena oportunidad para reflexionar y repensar las cosas, aseveró Roberto Casales García, director de la Facultad de Filosofía de la UPAEP.

La actual pandemia está metiendo a las personas en un estado de crisis, porque la gente al estar sumergida en una cultura de la inmediatez, que la invita a tener todas las cosas de manera inmediata, sin pensar, en cómo se las arreglará el individuo más adelante para afrontar esos compromisos, asentó el académico.

Subrayó que las crisis obligan a parar esos ritmos tan acelerados de vida que llevan las personas en la actualidad, que, “de alguna forma nos sacan de nuestra zona de confort y que nos ponen en una situación tal, que ya no podemos seguir viviendo de la misma forma”.

Destacó que esta contingencia de la sana distancia puede ayudarnos para despertar la conciencia sobre muchas problemáticas que se están viviendo, empezando con la solución de los problemas personales, porque “ese ritmo tan acelerado que traemos, nos han vuelto un tanto irreflexivos, acríticos de la realidad que vivimos y quizá este freno que nos ha puesto la contingencia, sea una ocasión para reflexionar sobre nuestra propia vida”.

Roberto Casales, enfatizó que se debe parar ese tren y ritmo vertiginoso que traen las personas para poder reflexionar sobre las grandes cuestiones de la vida. Y en este caso, la filosofía nos invita a reflexionar sobre las cuestiones fundamentales, por las cosas que valen la pena vivir.

Indicó que la pandemia del COVID-19 viene acompaña de una crisis económica, de una crisis social que en conjunto están generando una serie de problemáticas como son la inseguridad en que se vive y problemas de violencia, además de dejar expuesta la desigualdad social que se vive en el país bajo este esquema consumista, en donde se presenta esa barrera de los que pueden comprar y los que no tienen los recursos para hacerlo, situación que genera una fragmentación social terrible.

Casales García comentó que esta fragmentación social ha provocado que mucha gente tenga que salir a la calle en este periodo de pandemia, porque va al día y tienen que salir a buscar el sustento y, otra parte de la sociedad tiene la oportunidad de quedarse en casa para trabajar desde ahí; pero también encontramos que en los hogares se están presentando casos de violencia doméstica, desavenencias entre los miembros de la familia, pero que, se tienen que solucionar de la mejor manera mediante el diálogo y apoyo de todos los integrantes y con el apoyo de terceros.

Antes de la pandemia y ahora en estos momentos que nos encontramos en el confinamiento, “la gente se encontraba inmersa en una lógica hiperindividualista del mercado, que es una lógica que nos lleva al culto de la inmediatez, es decir, vivimos en una época de hiperconsumo, una época en donde lo importante es consumir, el tener, lo importante es estar en esa dinámica de la moda, que es cambiante todo el tiempo, que tiene que estar renovando sus productos y renovando lo que consume para estar de acorde al momento”, señaló el académico.

Casales García, subrayó que esta cultura de la inmediatez ha llevado a las personas a tener un ritmo de vida cada vez más acelerado, tan acelerado que la gente no se permite reflexionar sobre el futuro, sobre lo que se está viviendo, dando la sensación de que se está viviendo al día, sólo vive el momento, vive el ahora.

“Sin tomar en cuenta que el ahora siempre se nos va, y cuando uno trata de determinar el ahora, éste siempre se va y por consecuencia vivimos en esa cultura de la inmediatez, de la cultura del consumo, en la misma lógica que hay detrás de una tarjeta de crédito; antes tenías que esforzarte, ahorrar, trabajar duro para conseguir determinado bien y que generaba cierta satisfacción”, señaló el director de la Facultad de Filosofía de la UPAEP.

Agregó, “ahora lo que vemos es que con un tarjetazo, adquieres ese bien de forma inmediata, pagas más para que el envío sea inmediato y ahora con la pandemia, podemos constatar muchos ejemplos, pides la comida, libros, artículos, pides todo, y después, surgen los problemas, porque no sabes cómo pagar lo que ya consumiste y se gastó con la tarjeta de crédito”.

Indicó que con esta lógica de la inmediatez, las personas rinden culto al hedonismo, hay un culto de querer satisfacer sus propios caprichos, disfrazados bajo el nombre de supuestas necesidades.  

Compartió que el pensador francés, Blas Pascal, comentaba que “toda la infelicidad de los hombres procede de una sola cosa, que consiste en que no sabemos quedarnos tranquilos en un cuarto”, y esta frase enmarca la situación de muchos mexicanos y de muchas personas en el mundo.

La actual pandemia nos ha obligado a quedarnos tranquilos en casa, lo que ha generado una serie de problemáticas, de angustias, de estrés y miedo y situaciones que no teníamos en mente ni esperábamos todos y que ahora tenemos que buscar diferentes formas para solucionarlas, expresó Roberto Casales.

Dijo que por estos motivos, la filosofía nos invita a reflexionar, a profundizar sobre una serie de cuestiones fundamentales, porque de cierta forma, todas las personas tienen ciertas necesidades filosóficas, pero que siempre las estamos postergando para revisar qué está pasando con nosotros y con el entorno.    

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