71 millones de personas no tienen acceso a la seguridad social en el país.
Aun cuando se habla de reactivar la economía y del regreso a las funciones laborales, la curva de contagios y muertos por la COVID-19 sigue creciendo en México y no logra aplanarse, haciendo más difícil el regreso a la actividad laboral.
Sin embargo, las actividades económicas están resintiendo los efectos de esta pandemia, en donde los grupos de población más vulnerables están siendo los más afectados, señaló Claudia Ramón Pérez, catedrática de la Facultad de Ciencia Política y Gobierno de la UPAEP.
La académica abundó que los pocos avances que se habían logrado en materia de desarrollo social, no sólo en México sino también en las poblaciones de otros países de Latinoamérica, con esta crisis sanitaria mundial se están viendo afectadas de manera significativa.
Dijo que si se suma a esta contingencia sanitaria que un buen número de personas tienen problemas de salud en México, como la alta prevalencia de diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, entre otras enfermedades, además de observar otros problemas como la precariedad laboral, que un buen número de personas no tienen acceso al agua, viven en situación de hacinamiento y múltiples brechas de acceso a los derechos sociales básicos para una vida digna.
Claudia Ramón, externó que México registra una de las tasas de letalidad más altas no sólo de Latinoamérica, sino en general, así como problemas de alimentación, acceso a la educación y vivienda, y ahora en estos momentos, están detonando problemas de violencia en el país dentro de esta pandemia.
“Estamos viendo todos los problemas que se están presentando en el tema de la educación. Porque hay que señalar que no toda la población estudiantil tiene acceso a una red, a energía eléctrica y a las herramientas necesarias que les permitan continuar con las clases” asentó la politóloga.
Ramón Pérez señaló que de acuerdo a datos del CONEVAL (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social), indican que la pobreza por ingreso se puede incrementar entre 7.2 y 7.9 puntos porcentuales, y la pobreza extrema por ingresos puede ser de entre 6.1 y 10.7 millones de personas para este 2020 en nuestro país.
Mientras que la pobreza laboral, puede registrar un aumento de 37.3 a 45.8 en los primeros dos trimestres del presente año, refirió la académica de la Facultad de Ciencia Política y Gobierno de la UPAEP.
Advirtió que la falta de políticas públicas que atiendan a la población con ingreso medio, la ponen en riesgo, porque puede aumentar la pobreza por ingreso y la crisis puede llegar a cambiar la configuración de los ingresos de la población.
Por lo tanto, indicó que es necesario ampliar y fortalecer las medidas emergentes a partir de programas prioritarios que permitan atender a estos grupos. Pero también hay otros retos, como el mejorar la capacidad operativa, asegurar que la focalización sea adecuada y considerar una serie de medidas adicionales de atención a quienes pierden su fuente de ingreso, así como apoyar a los sectores urbanos que están más expuestos, y los segmentos rurales, por señalar algunos.
En ese sentido, apuntó que es necesario reflexionar para tomar decisiones que impulsen medidas que puedan ejecutarse a mediano y largo plazo, para poder construir un sistema de protección social con enfoque para enfrentar situaciones críticas como la que estamos viviendo con la pandemia de la COVID-19.
Comentó que otro de los datos que da a conocer el CONEVAL, es la carencia de acceso a la seguridad social, que es una de las seis carencias contempladas por la medición multidimensional de la pobreza por parte de este organismo, pero además, llama la atención, porque se calcula que se van a perder más de un millón de empleos formales en el país por esta enfermedad que golpea a nuestra nación.
Asimismo, dijo que no se deben soslayar los empleos informales que ocupan un alto número de personas en México, con condiciones que los ponen en desventaja, como es la falta de seguridad social o servicios médicos; y de acuerdo a la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, señala que alrededor de 71 millones de mexicanos no tienen acceso a la seguridad social y otro tipo de servicios que tienen en los trabajos formales.
Claudia Ramón declaró que hay otros sectores que se han visto afectados por la pandemia del coronavirus COVID-19, como son la agricultura, la ganadería, la pesca, el sector de la construcción, restaurantes y servicios de alojamiento y el comercio en general, que también requieren de algún tipo de apoyo.
Externó que hasta el momento las medidas que ha tomado el gobierno y otros sectores sociales han sido insuficientes para hacer frente a la problemática sanitaria. Pero, agregó que lo lamentable de esta situación es que hay personas que se están aprovechando del momento para hacer ‘negocio’, y otros factores que están golpeando a los sectores sociales en su economía.
Por último, manifestó que sigue creciendo el desencanto por parte de los ciudadanos de participar en la vida activa del país, principalmente en los aspectos electorales, debido a las acciones de administraciones anteriores y a las medidas que vienen ejecutando los gobiernos en turno. Pero también, se puede ver como una oportunidad para que la sociedad aprenda a organizarse mejor, y a la vez se vayan profesionalizando determinadas áreas que en este momento son prioritarias para el país, como el sector salud, en lo económico y en la generación de mejores condiciones de vida para los segmentos sociales más vulnerables.