[El ser humano puede ser feliz y realizarse con plenitud.]
Los jóvenes universitarios que están viviendo estos tiempos y en medio de una cultura tan hedonista y tan permisiva, deben defenderse y no dejarse influir por las redes de ese materialismo, de ese hedonismo que es tan abundante y tan agresivo, aseveró el padre y médico Francisco José Ballesta Ballester, investigador del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum de Roma, Italia.
Dijo que los jóvenes deben conservarse castos, puros y prepararse bien para una vida matrimonial adecuada, llena de amor y abierta a la vida.
El padre Francisco José Ballesta Ballester, viene del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum de Roma, Italia, y por invitación del Decanato de Ciencias de la Salud de la UPAEP, impartirá dos cursos, sobre tecnología de la reproducción asistida y la perspectiva de la bioética y dignidad del embrión como persona ante esta tecnología, señaló el Dr. Juan Ángel Alonso Avelino, Coordinador de Bioética de la Facultad de Medicina de la Universidad.
Los cursos se impartirán del 16 al 27 de octubre en la sala Francisco de Vitoria de 11:30 a 14:30 horas.
Actualmente el padre Ballesta Ballester, es profesor de Bioética y Coordinador del Tercer Ciclo en la Facultad de Bioética del Pontificio Ateneo Regina Apostolorum de Roma y miembro de la Comisión de Calidad de la misma institución desde 2012.
De igual forma subrayó que los jóvenes deben confiar en el magisterio de la Iglesia, que conozcan los documentos en donde ésta habla de las técnicas de reproducción asistida, porque la Iglesia como madre y maestra, una institución “viejita ya con muchos años”, sabe muy bien cómo el ser humano puede llegar a ser feliz y realizarse.
Reiteró que ningún consejo que ella nos dé en estos temas y en otros, los debemos menospreciar, y si la Iglesia nos está invitando a vivir la sexualidad de un modo justo, cultivando la virtud de la castidad, reservando las relaciones sexuales para la vida matrimonial y viviendo esas relaciones sexuales en matrimonio con apertura a la vida, acogiendo la vida cuando llega con generosidad, pensemos que eso nos hace bien, nos ayuda como personas, que es la forma digna y adecuada en que las personas van a vivir todos estos temas.
Advirtió que cualquier otra cosa “que si anticoncepción, que si aborto, técnicas de reproducción asistida y cualquier manipulación que metamos allí, en esa dinámica tan sencilla de vivir la sexualidad de modo ordenado, en el marco del matrimonio, con la apertura a la vida y acogiéndola con generosidad, porque cualquier cosa que se salga de eso, no nos hace ningún bien”.
Dijo que si bien es cierto que el bombardeo de la información y publicidad de los medios de comunicación y de las redes sociales sobre estos temas es muy grande, que “hay muchas dificultades para vivir de esta manera, además de que nos hacen pensar que lo correcto es eso que se anuncia, eso que se propaga de lo que se hace promoción, los jóvenes deben formarse bien, saber cuál es la verdad sobre estos temas para poder tener un espíritu crítico frente a ese bombardeo y poder discernir este anuncio, esta promoción, esta invitación, esta ley. No es adecuado, yo tengo la capacidad crítica, la capacidad de juicio para darme cuenta que por muy anunciado que esté, por mucha promoción que se haga, por muy legal que sea, yo debo saber que eso no es bueno y por ello, lo alejo de mi vida, no lo tomo, no lo uso y no lo hago, me mantengo al margen y sé dónde está la verdad en este campo y de cómo debo vivir mi sexualidad, camino en esa línea, sin dejarme contaminar por todo ese ambiente tan negativo que me rodea”.
Una persona madura que está bien formada, que tiene sus ideales bien formados tendrá la capacidad de discernir y darse cuenta de lo bueno y lo malo, un niño para formarse así, necesita la ayuda de sus padres, de sus educadores y también de que la sociedad que los rodea, de manera particular, los gobernantes, contribuyan a que “la sociedad camine como debe ser”.
Dijo que los padres de familia tienen una gran responsabilidad en la formación de la juventud, “los padres deben formarse bien para poder educar a sus hijos, para poderles prevenir y abrir los ojos ante los peligros que hay y decirles cómo deben gestionar todas esas cosas que ven en el mundo, que les presenta la cultura, es su responsabilidad educarlos. En segundo lugar, los maestros que también tienen un papel fundamental en la escuela con la educación de los niños”.
Indicó, podemos observar una buena cantidad de programas educativos que no van en buena línea y eso, es responsabilidad de los gobernantes, pero el papel fundamental lo tienen los padres, “cuando un padre o madre de familia sabe educar bien a sus hijos y que aprendan a distinguir lo bueno de lo malo, lo vean en la escuela, en la sociedad, en la propaganda o a través de un medio de comunicación, ellos sabrán distinguir qué está bien y qué no”.