El estudiante de Ingeniería en Biotecnología y campeón de CONADEIP en la modalidad de Poomsae en 2017, Edwin Clemente Vilchis Solórzano, obtuvo el quinto lugar dentro de la Universiada Mundial que se realizó en Nápoles, Italia.
¿Cómo te sientes después de esta experiencia internacional?
La verdad me siento muy contento, hasta cierto punto también muy motivado, muy fuerte en muchos aspectos; fue una participación que dentro del área competitiva y como deportista la aproveché mucho pero creo que lo mejor fue conocer a personas de otros países, estar con los profesores, quienes te dan consejos y están muy preparados.
¿Qué representó ponerte el dobok con la leyenda de México en la espalda?
No lo sentí como una presión, se siente muy bonito… cuando desfilé hacia el área de competencia me di cuenta lo que estaba sucediendo, sentí como un calor en el pecho por estar representando a mi país y eso lo utilicé para motivarme.
¿Qué tan complejo fue el competir en estilo libre?
La verdad es que sin que sea el área en el que mejor me desenvuelvo tampoco es ajena, cuando participé en mi primera Olimpiada Nacional conseguí medalla de plata en ese estilo. Cuando recibí la convocatoria para selección nacional yo estaba en Córdoba, Veracruz, así que me trasladé a Puebla para iniciar mi entrenamiento y seguir practicando en el CNAR (Centro de Alto Rendimiento). Al inicio me costó trabajo adaptarme pero poco a poco se me fueron dando las cosas, lo empecé a disfrutar y me di cuenta que en realidad hay aspectos en los que me puedo desarrollar con facilidad.
¿Qué sentiste al momento de estar en el área de competencia?
Sabía que eran esos 4 minutos y ya, que todo el entrenamiento que se había hecho se reflejaría en cuestión de segundos. Mi mentalidad siempre fue de disfrutar la competencia y hacer bien las cosas; por ese lado mi equipo y yo lo hicimos bien y quedamos satisfechos.
¿Qué sensación te deja haberse quedado a cinco centésimas de la medalla de bronce?
Nosotros no tuvimos tanto tiempo para prepararnos, fue una concentración rápida, los miembros de la tercia entrenamos en horarios diferentes a comparación de otras países que todo tiempo están juntos o que son de la misma universidad. Es una mezcla chistosa de sentimientos porque estoy contento por lo que hicimos, creo que nos lucimos en lo que teníamos y sabíamos hacer; pero cuando vi la gráfica final si me dolió no haber conseguido la medalla. Me quedo con la espinita de saber que quedamos muy cerca y también motiva porque me di cuenta que no estamos lejos de los primeros lugares.
Antes de irte a la Universiada Mundial hablabas que tu prioridad son tus estudios, con esta participación ¿te gustaría volver a representar a México?
Completamente, y no solo en Universiadas sino en otros eventos grandes. La verdad disfruté mucho estar en la selección nacional; me gustaría seguir compitiendo por la Universidad a la par de mi formación académica, entonces no cierro ninguna de las dos puertas, mi prioridad es la escuela pero creo que sí puedo llevar las dos.
Fuera de lo deportivo, ¿qué representó para ti el contacto con otras culturas, con gente de otros países y de otras razas?
Fue de lo que más disfruté, en general me sentí muy a gusto. Hablé con un alemán y me platicó cosas de Alemania, no sólo que se ve en las noticias, con un portugués lo mismo, un italiano y después de la plática terminan ofreciendo su casa por si algún día viajas a su país.
Algo muy padre fue el ambiente que se vivió; a pesar de que estaba la parte competitiva hubo mucha fraternidad. También llegué a conocer cómo es la preparación académica en diferentes partes del mundo.
Me gustó también la cuestión de conocer otros idiomas, por ejemplo, el italiano se me hizo un idioma muy bonito y también muy fácil.
¿Qué te preguntaron de México?
Es muy variado, en general todos tienen una idea de que los mexicanos somos muy fiesteros. Sí preguntan la parte de la inseguridad pero también pregunta sobre las costumbres que tenemos, por ejemplo un portugués estuvo interesado en el Día de Muertos. También nos preguntaron sobre la comida y en particular de los tacos.
Les llama mucho la atención los sombreros de charro, yo llevaba uno y desde que me estaba bajando del camión me pidieron fotos.
¿Qué te gustó de Italia y en particular de la ciudad, de Nápoles?
Se me hizo muy bonito y parecido a México en muchas cosas; siento que un mexicano encajaría perfectamente en Italia y que el choque cultural es mínimo. Quedé enamorado de la isla de Capri, un lugar que yo soñaba con ir. Supe de ese lugar por primera vez hace un par de años con un libro de Pablo Neruda, ahí habla de la isla de Capri y es como lo describe.
De toda esta experiencia ¿en qué te ayudó estar dentro de UPAEP?
Realmente en muchos aspectos. Sí hay cierta identidad que te da la Universidad por el simple hecho de pertenecer a ella. Estuve preparado mentalmente para este reto y eso lo forjé aquí, en lo administrativo las autoridades me ayudaron con el papeleo y en lo deportivo pertenecer a las Águilas me ha ayudado a mejorar mi nivel. El que tres atletas de UPAEP hayan asistido a la Universiada habla de que se está trabajando bien.
Finalmente, has sido medallista en Juvenil C, Primera Fuerza de CONADEIP y en Olimpiada Nacional. ¿Este es tu mejor resultado deportivo?
Cada competencia es diferente y cada una te marca. Hay competencias que fácilmente podrían ser el título de un libro, Por ejemplo para mí el CONADEIP de 2017 dónde fui campeón me dejó enseñanzas como competidor y como persona.
Fue mi primera competencia internacional a este nivel, mi primera concentración de este tipo, mi primera experiencia en Europa; la Universiada Mundial tendrá un lugar grande en mi corazón.