La comunidad universitaria UPAEP lanza una campaña de donación para apoyar con despensas a nuestros compañeros más expuestos ante la contingencia por el COVID-19. Una cadena solidaria en tiempos de incertidumbre.
Los chinos suelen decir que las crisis son “momentos interesantes”. No solo porque te dan la oportunidad de aprender en medio de las dificultades sino, sobre todo, porque te permiten mostrar tu verdadera esencia. Los valores que llevas adentro. En la presente contingencia epidemiológica se libra una peculiar “batalla” social, en México y el mundo. Egoísmo o unidad, indiferencia o interés por los demás, acaparamiento o solidaridad. Es tiempo de elegir.
Cuando pasas muchos días bajo un mismo techo, tu perspectiva interior cambia. Incluso si quienes están a tu lado son tus seres más queridos. Es una prueba psicológica dura, intensa. Una de las tantas consecuencias de este tiempo de cuarentena voluntaria.
En medio de las dificultades se agigantan los monstruos interiores y un velado sentido de supervivencia puede conducirnos a desear el encierro más profundo. No el físico, sino el espiritual. Esa añeja construcción de muros invisibles capaces de aislarnos de los demás, especialmente los necesitados. Paredes levantadas sobre vanas justificaciones e inútil autocompasión.
Pero siempre se puede optar por la otra cara de la moneda. La unión poderosa del hacer comunitario. Una apuesta por el bien común que, de eslogan barato, tiene muy poco. Porque el bien común es concreto, se manifiesta todos los días y de múltiples maneras.
Es este espíritu, realista y desinteresado, el que inspira la campaña de donaciones “Apoya a una familia Águila” lanzada este viernes por la comunidad universitaria. Una cadena solidaria para ayudar a los colaboradores UPAEP que se encuentran más expuestos ante la inminente crisis económica que provocará la pandemia.
Lenta pero inexorablemente los contagios por COVID-19 crecen en México. Son muchos más que los 585 casos oficialmente reportados hasta ahora. Como en todos los países, los diagnosticados son menos que los realmente infectados. Ya se cuentan ocho muertos en el país, pero serán más.
En este panorama incierto, es tiempo de actuar. Todos pueden hacerlo, con un descuento solidario vía nómina o una transferencia bancaria. Los detalles pueden consultarse en el comunicado oficial.
Esta campaña, que apuntalará la economía de 300 familias de empleados UPAEP, de empresas outsourcing, SPIE vigilancia, Sauber y Blaili limpieza, lejos está de ser una acción aislada. Se suma a una serie de medidas ya anunciadas la víspera por el rector de nuestra universidad, Emilio Baños Ardavín, como parte de un Plan Solidario en beneficio de estudiantes, familias, colaboradores y proveedores.
#UPAEPcontigo y #UPAEPhaceSuParte no son etiquetas vacías. Son parte de la misma cadena de solidaridad. Es la ayuda circular que fluye en tiempos difíciles y pasa de mano en mano hasta llegar a quien lo necesita. La institución hace su parte, la comunidad también.
Hace muchos años descubrí que, en UPAEP, la comunidad universitaria no es un ente abstracto. No es un conglomerado amorfo de individualidades. Un conjunto desapegado de intereses. Es, más bien, una veraz experiencia humana y comunitaria. Una ecuación en la que nadie sobra. Es la suma de múltiples voluntades, con un sello común.
Muy probablemente nuestra universidad no sea la más potente, ni la más perfecta, pero es producto de la pasión y la perseverancia de muchos. Eso lo comprendí hace más de dos décadas y, estoy seguro, esa premisa mantiene actualmente su vigencia.
Aquella pasión de ayer hoy mora en nosotros, quienes somos parte activa de esta “alma mater”. Por ello, cuando en una junta de alto nivel el rector afirma, con firmeza y sin titubear: “En este tiempo de crisis no podemos dejar a nadie atrás, es nuestra misión y nuestro compromiso” sólo te queda afirmar mentalmente y en silencio: “Sí, vale la pena estar aquí”.
Andrés Beltramo Álvarez
Director de Comunicación y Relaciones Públicas de la UPAEP