Diario de cuarentena
Nuestras nuevas cátedras del saber
23 marzo Por: Andrés Beltramo Álvarez
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Jamás en mi vida pasé una cuarentena. Aún me cuesta asimilarlo. Ir a trabajar recorriendo apenas unos pasos. Del cuarto al estudio, sin siquiera bajar las escaleras. Prender la computadora, abrir una pantalla y conectarse con el mundo. Simple y, al mismo tiempo, extraño. Una sensación demasiado ajena. Como si este enemigo oculto que nos acecha nos hubiera quitado lo más sagrado. Todo aquello que nos hace verdaderamente humanos.

Este sendero apenas comienza. Afuera, en las calles de Puebla, la ciudad resiste a detenerse. Muchas personas aún no reparan en el peligro inminente que representa este virus silencioso. Otras tantas, demasiadas, no pueden darse el lujo de frenar sus pasos. Viven al día, están dispuestos a salir hasta que sea inevitable quedarse en casa.

En medio de la incertidumbre, vuelvo atrás con el recuerdo e intento imaginar cómo hubiese sido estudiar en UPAEP “a distancia” hace más de dos décadas, cuando me tocó transitar por la Facultad de Ciencias de la Comunicación. Por más que lo intento, me resulta imposible. Pensar cursos, maestros, trabajos en equipo, prácticas, exposiciones. Francamente imposible.

Pasaron apenas dos décadas. Una nada de tiempo en la extensa historia del género humano. Sin embargo, hoy existen el internet, las computadoras y los dispositivos móviles, los teléfonos inteligentes, las cámaras integradas, whatsapp y Hangout, Blackboard y Zoom. Así, lo que se antojaba imposible, de repente resulta posible.

La universidad, nuestra “alma mater”, se encuentra ahora inmersa en el más ambicioso proceso de migración que jamás haya enfrentado. Desde hace una semana, día tras día, decenas, cientos de lecciones inundan el espacio digital. Casi sin darnos cuenta, hemos convertido nuestros cuartos en las nuevas cátedras del saber, en virtuales salas de junta y convivencia.

Un desafío enorme. Un proceso que nos ha involucrado a todos, con muchos aciertos y sus inevitables dificultades. Para establecer una brújula en medio de la contingencia, el área de Innovación y Desarrollo Digital montó, en tiempo récord, el micrositio “Plan de Continuidad”. Allí se ha concentrado, en un solo lugar, toda la información necesaria para la comunidad universitaria en este tiempo.

Si pudieran echarle un vistazo al movimiento institucional en la UPAEP durante los últimos ocho días, se sorprenderían. Verían una locomotora en pleno, contorneándose primero por el peso de las tareas, asentándose lentamente en las vías después y, por último, tomando velocidad de crucero.

Descubrir juntos las posibilidades del mundo virtual puede ser apasionante, pero también un enorme reto académico. Por eso, continúan sin cesar las capacitaciones para profesores en el uso de las herramientas vinculadas a la plataforma Blackboard. Sólo basta elegir el tema, el horario y registrarse, para tener acceso a las sesiones en tiempo real.

Todos estamos en esta misma locomotora. Estudiantes, profesores, administrativos, personal operativo. Todos. Afrontamos un único desafío: sobrevivir a un virus que, irremediablemente, infectará a una parte de nuestra sociedad. Hagámoslo con solidaridad, pensando los unos en los otros, con espíritu comunitario. Que, pasada esta crisis, las cosas no sean iguales. Porque ya nunca serán lo mismo.

Para relatar todo aquello que ocurra en esta “locomotora” roja de UPAEP decidimos abrir este espacio. Las crónicas del aislamiento, o algo por el estilo. Un ejercicio que solo tiene una pretensión: mantener encendida esa llama que nos une y nos hace ser verdaderamente compañeros. Una cita cotidiana con las informaciones necesarias y las anécdotas que nos mantengan cerca. Bienvenidos a las historias de la universidad, bienvenidos a este Diario de Cuarentena.

Andrés Beltramo Álvarez
Director de Comunicación y Relaciones Públicas de la UPAEP
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