Uno de los efectos más perversos de la economía puede suscitarse en caso de no tomar las medidas adecuadas en el país. Este fenómeno se conoce como estanflación y sucede cuando la economía no crece, pero la inflación sí.
A medida que una economía hace bien las cosas tiende a crecer y por ende, a tener una mayor inflación. ya que hay más dinero en circulación, las personas comienzan a ver buenos tiempos y deciden comprar bienes o contratar servicios y esto se convierte en un círculo vicioso. Sin embargo, cuando la economía no crece, la inflación tiende a bajar porque las personas están temerosas del futuro.
En el caso de la estanflación, las cosas son diferentes, primero se tiene que la economía no crece y la inflación sí. Esto sucede normalmente en tiempos de crisis y es por eso que alerta tanto a los economistas. En el contexto actual, podemos notar una alza de precios referente al precio de la gasolina y un crecimiento económico lento del cual se benefician algunos sectores pero no todos, como lo expliqué en mi anterior columna.
El índice de inflación superó el rango que tiene Banco de México en la primera quincena de marzo al encontrarse en 4.2 por ciento, lo que es una pequeña alerta a intentar mantener los precios bajos, por otro lado, el Indicador Global de Actividad Económica presentó en enero un valor de 0.1 por ciento de incremento, aunque el sector que más se benefició fue el de actividades primarias en 1.8 por ciento al tener mayor exportaciones a países como Estados Unidos que comienzan a recuperarse, en las actividades secundarias como la manufactura se tuvo un incremento de 0.2 y las actividades terciarias disminuyeron 0.1 por ciento.
Con esto en contexto, la recomendación es cuidar el crecimiento económico y que éste se expanda en todos los sectores, no solo unos cuantos; fortalecer aquellas actividades económicas sensibles para que puedan recuperarse y evitar un bajo o nulo crecimiento, y también cuidar la inflación, aunque, de ésta solo se tengan mecanismos para intentar mantener los precios.
